A pesar de contar con dictamen favorable, la Ley de Lugares Sagrados de los Pueblos Indígenas no ha sido aprobada por el Congreso de la República, por lo que organizaciones mayas y representantes del Gobierno urgen a que ésta no sea «engavetada» y con ello garantizar el reconocimiento, respeto y dignificación de ese patrimonio cultural.
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La propuesta fue dictaminada como favorable el 19 de agosto de 2009, sin embargo, a la fecha no ha sido aprobada, por lo que las entidades que integran la Comisión para la Definición de los Lugares Sagrados, adscrita a la Secretaría de la Paz (Sepaz), han solicitado que se retome el tema.
Las entidades coinciden en que con la aprobación de la iniciativa de Ley 3835, se iniciaría un proceso de construcción para un Estado multiétnico, multilingí¼e, pluricultural y se avanzaría en el respeto a los valores espirituales, culturales e históricos de los pueblos indígenas.
Para el embajador itinerante de los Pueblos Indígenas, Cirilo Pérez Oxlaj, esta Ley no debe quedar sin aprobación, pues asegura que otras expresiones religiosas guatemaltecas cuentan con espacios propios y autónomos, por lo que el apoyo de los parlamentarios constituiría un recuerdo histórico y el reconocimiento a uno de los derechos de los pueblos indígenas de Guatemala.
«Hasta el momento nos sentimos abandonados, como ha sucedido desde hace más de 500 años, por lo tanto, si los legisladores desean obtener la confianza de los pueblos maya, xinka y garífuna, deben avalar nuestras propuestas colectivas», agregó el funcionario indígena.
No se pudo obtener la opinión de Orlando Blanco, secretario de la Paz, sin embargo, mediante un boletín informativo del Ministerio de Cultura y Deportes se conoce la posición del Ejecutivo sobre el tema.
En la información proporcionada se indica que la viceministra de Cultura, Elsa Beatriz Son, en representación del Ejecutivo manifestó su respaldo a la aprobación de la Ley e indicó la importancia de apoyar esta iniciativa, pues es de gran valor para los pueblos indígenas así como para el resto de guatemaltecos.
Por su parte, el diputado Walter Félix, presidente de la Comisión para la Paz y el Desminado, lamentó que sus colegas parlamentarios no han aprobado ni una sola iniciativa de ley que beneficie a los pueblos indígenas, por lo que pidió mayor compromiso con la iniciativa 3835, pues considera que desde el Congreso se evidencia poco apoyo, «a excepción de algunos diputados con conciencia social y de país».
Mediante una conferencia de prensa realizada recientemente, autoridades de los ministerios de Cultura y Deportes; Agricultura, Ganadería y Alimentación, así como la Secretaría de la Paz, la Defensoría de la Mujer Indígena y la Secretaría Presidencial de la Mujer se sumaron a la demanda de los líderes espirituales mayas.
Se solicitó que los diputados expresen un discurso a favor de los pueblos indígenas y realicen acciones legislativas en pro de los pueblos maya, garífuna y xinka; caso contrario, se estaría violando los derechos de los pueblos indígenas y se estaría retrocediendo en la construcción de la paz.
A la fecha no se conoce el número exacto de Lugares Sagrados que existen en Guatemala, pues se han registrado unos 2 mil oficialmente, mientras que la Escuela de Arqueología ha identificado miles de ellos a lo largo del país, por lo que se realizan esfuerzos interinstitucionales para establecer esta cantidad.
EL CONTENIDO DE LA LEY
Para garantizar la protección de los lugares sagrados en la propuesta de Ley se plantea la dignificación en éstos, recuperando la naturaleza y fines espirituales, científicos, educativos y sociales, a través de la restauración, protección, conservación, fomento y administración adecuada.
Con el título: «Protección de Lugares y Objetos Sagrados», y que comprende los artículos 10 al 19, se dan lineamientos en los que se plantea que, de descubrirse un lugar sagrado al realizarse un proyecto de construcción, éste deberá ser paralizado con el fin de evitar la destrucción del territorio.
Además, se establece que contratistas de servicios petroleros y de exploración minera, deben adoptar y ejecutar las medidas necesarias para la preservación de estos sitios.
Sobre esto, Carlonia Castellanos, directora ejecutiva de la Camara de Comercio Guatemalteco Americana, (AmCham, por sus siglas en inglés), señala que es un tema delicado de tratar debido a que cualquier comentario u opinión se puede comprender como un criterio racista o discriminativo.
«La tierra ya no pertenece a ladinos o indígenas, blancos, chinos o personas de color, sino al territorio de Guatemala y tiene que estar para uso del país y no sólo para un sector», señala
Sin discriminar a los indigenas, la empresaria se opone a que partes del territorio nacional sean apropiados por sólo un sector, pues señala que se debe respetar el derecho de la iniciativa privada y cualquier particular que posea una tierra a explotarla como mejor le parezca, «ya sea la construcción de una casa o explotar una mina», dice.
«Hay lugares sagrados que falta identificar y se respetan, excepto si esta tierra ya se encuentra en manos de una persona, incluidos los indígenas», señala. «Si hay un quiché que tiene una tierra y resulta que es sagrada para un quekchí, éste último no tiene derecho a quitarle la tierra», indica Castellanos.
Cirilo Pérez Oxlaj
Embajador de los Pueblos Indígenas
Para í“scar Conde, del colectivo Madre Selva, es necesario respaldar la lucha por la aprobación de la Ley de lugares sagrados, pues esta es una lucha por la preservación de bosques y fuentes de agua, que a la vez son resultado de la cosmovisión indígena.
Para el ambientalista es necesario diferenciar entre la contaminación que se genera normalmente, con la quema de llantas o incendios forestales, y los rituales que se realizan dentro de un lugar sagrado, pues asegura que estos no tienen incidencia en contaminación, pues quienes utilizan este espacio dejan limpios los lugares, además de que la basura que se genera es orgánica.
«Apoyamos la iniciativa pues esta va relacionada con la defensa del territorio, los lugares sagrados tienen relación con los lugares naturales, por lo que respaldamos la petición del pueblo indígena», señala Conde.