Una lección polí­tica


Según Beth Fouhy, escritora de Associated Press (AP), el presidente electo de los Estados Unidos, Barack Obama y su antiguo rival republicano, John MacCain prometieron trabajar juntos en ví­as de cambiar los «malos hábitos» de Washington, a pesar de que los asistentes de ambos personajes mencionaron que era improbable que MacCain trabajara con el gabinete de Obama.

Roberto Arias

Obama dijo que ellos querí­an platicar sobre «Cómo podemos realizar un poco de trabajo juntos para arreglar el paí­s». Y agregó que él ofrecerí­a su propio agradecimiento a MacCain «Por el sobresaliente trabajo que ha prestado».

Obama dijo que está anuente a invitar a por lo menos un republicano para conformar su gabinete, pero no se espera que MacCain sea el candidato. El hombre de Arizona sirve su cuarto perí­odo en el senado.

Obama y MacCain se sentaron juntos para una breve sesión fotográfica con los reporteros, junto con Rahm Emanuel, el Jefe de Personal entrante a la Casa Blanca y el senador republicano de Carolina del Sur, Lindsey Graham, amigo cercano de McCain. A Obama y McCain se les escuchó en una breve conversación sobre futbol, y Obama bromeó que «La prensa nacional es mansa comparada con la prensa de Chicago»

Cuando le preguntaron que si planeaba ayudar a la administración de Obama, MaCain replicó «Obviamente».

Después de la reunión, entre los dos emitieron una declaración diciendo: «En este momento decisivo de la historia, creemos que los estadounidenses de todos los partidos quieren y necesitan que sus lí­deres se unan y cambien los malos hábitos de Washington para que así­ podamos resolver los comunes y urgentes desafí­os de nuestro tiempo.»

«Es en este espí­ritu que tuvimos una conversación productiva hoy, acerca de la necesidad de lanzar una nueva era de reformas para hacernos cargo del remanente gubernamental y lo amargo de financistas prejuiciosos en Washington, con la idea de restaurar la confianza en el gobierno y volver a la prosperidad y oportunidad para cada familia trabajadora estadounidense. Esperamos trabajar en conjunto en los dí­as y meses futuros sobre desafí­os crí­ticos, como solventar nuestra crisis financiera, creando una nueva economí­a y protegiendo la seguridad de nuestra Nación.» -Traducción libre-.

Es bastante difí­cil imaginar a los dirigentes de los partidos polí­ticos guatemaltecos llegar tan cordialmente a consensos que favorezcan a la Nación y a la población de Guatemala, sin velar antes por los macro intereses personales. En Guatemala, los polí­ticos ayudados por las cúpulas económicas de este pequeño paí­s, quienes son los propietarios de los dos oligopolios de la comunicación, apoyan a los gobiernos y los gobernantes que les sirven sin escrúpulos y montan batalla a muerte contra los gobiernos y gobernantes que no se ponen incondicionalmente a sus órdenes.

Es increí­ble la forma en que algunos medios desacreditan a quienes no se alinean con las cúpulas económicas de Guatemala. Todo aquél que no le queme incienso y pom al Capital de Guatemala, es un «rojillo resentido» según algunos columnistas de matutinos que escriben columnas y columnatas en esos diarios.

La solución integral a los problemas de Guatemala está, entonces, únicamente en manos de cada uno de los mismos guatemaltecos, si toman individualmente la actitud adecuada; lo que es difí­cil dada la idiosincrasia. Los polí­ticos guatemaltecos difí­cilmente cambarán su actitud: su hambre es insaciable. Por eso se metieron a polí­tica. ¿O no, lector amigo?