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– Pregunta: ¿Cuáles fueron las principales razones por las que aceptó asumir el cargo de Ministra de Educación?

– Respuesta: Creo que un paí­s que no trabaja, invierte y se compromete con la educación no va a ninguna parte. Lo habí­a dicho desde afuera y llegó el momento en que surge esta oportunidad y en mi familia me dijeron «si lo has dicho, ahora hazlo».

– P: ¿Cómo se traduce la polí­tica educativa que busca implementar, con el planteamiento ideológico de la socialdemocracia?

– R: En una visión de inclusión integral, la educación no solamente está en el marco del aula, no se puede trasladar una responsabilidad absoluta al maestro. Hay una serie de problemas estructurales -que tienen que ver con la educación con calidad- para que el niño llegue y aprenda en la escuela. El reto es ver cómo termina la escuela. Dentro de esta concepción de la inclusión, se ve la necesidad de contar con una serie de intervenciones educativas, como por ejemplo: las transferencias condicionadas en efectivo, que es un gran programa de apoyo para que el niño, además de asistir a clase, se condicione a temas como la salud.

Es claro que si el niño llega desnutrido, no tiene las mismas capacidades de aprendizaje. Hay que ver al niño como persona y reconocer que la pobreza es un factor estructural determinante en el acceso a la educación. No excluyo el tema de las competencias porque no podemos estar ajenos a las exigencias de la competitividad del mundo global. Las acreditaciones internacionales requieren estándares educativos que demandan del niño, no solamente el conocimiento, sino también la aplicación práctica, la competencia para desarrollarse en el mundo competitivo.

– P: ¿Tiene previsto usted realizar algunas otras acciones fuera del Plan

de Gobierno que presentó la UNE o su gestión estará basada en esos planteamientos?

– R: La agenda de trabajo del partido fue en términos generales y globales, a nivel de grandes lí­neas que nos permiten trabajar en acciones mucho más concretas, y por lo tanto, esas grandes lí­neas que se reflejan en una gran Reforma Educativa, en un proceso de más y mejor educación, de descentralización educativa, de fortalecimiento institucional, de la cobertura y la calidad. Estamos aplicando ciertos énfasis planteados por el Presidente de la República en las primeras reuniones del Gabinete. Focalizar nuestra acción en los municipios más alejados, menos atendidos, más pobres, tener una visión de inclusión y de equidad. Ese es el gran objetivo estratégico de toda la polí­tica, permitir un acceso a todos los niños y niñas, y que no solamente tengan ingreso en la escuela, sino que permanezcan en ella, la concluyan y además, tengan una opción de educación con calidad.

– P: ¿Cuáles serí­an sus principales objetivos durante estos próximos cuatro

años de trabajo?

– R: Están trazados ya en la polí­tica educativa. En primer lugar, la calidad, queremos llegar a mejorar la calidad de la entrega educativa al aula. En segundo lugar, la cobertura, no sólo en la asignación de maestros, sino buscar instalaciones decentes acordes a la dignidad humana de los niños, niñas y maestros. En tercer lugar, la justicia integral, a través de intervenciones educativas mucho más amplias, tal como trabajar en el Consejo de Cohesión Social, con las transferencias condicionadas, con los programas de desnutrición, de salud, de drenajes. Necesitamos más y mejor inversión en educación porque no

tenemos los recursos suficientes, tenemos más de quinientas escuelas que tienen que ser habilitadas. Hay que pensar en una polí­tica sostenida porque en la educación no se puede hablar de medidas de coyuntura, se debe hablar de procesos.

– P: Pronade es uno de los programas que ha causado mayor controversia.

Hay quienes proponen que se suprima porque el objetivo por el que fue

creado ya se cumplió y su carácter fue transitorio. ¿Qué se piensa

hacer en este tema?

– R: Lo importante es reconocer que el Pronade está dando un servicio en las zonas más alejadas. Si se suprime, el Ministerio deja de atender a miles de niños porque no tiene esa capacidad de estar en el área rural. No podemos vedar del derecho de educación a muchos niños del área rural. Hay otros aspectos que hay que revisar y que estamos evaluando.

– P: ¿Cómo garantizar que la educación responda a las caracterí­sticas de un paí­s diverso y pluricultural como Guatemala?

– R: Esa es justamente una de las polí­ticas fundamentales en ese proceso de Reforma Educativa 2008-2012. Con los viceministros hemos trabajado conjuntamente este diseño y se ha hecho un énfasis en la cosmovisión, en el reconocimiento de los cuatro pueblos que integramos este paí­s. Estamos viendo cómo fortalecemos la contratación de maestros bilingí¼es, cómo avanzamos en una educación de lengua materna. No se trata sólo de tener más personas, en ciertos puestos, que también sean de los mismos pueblos, sino cómo trasladamos toda esa reforma educativa bilingí¼e intercultural al aula.

– P: ¿Qué lí­nea de trabajo tiene planificada para garantizar una buena

relación entre el Ministerio de Educación y el sindicato de maestros?

– R: Hemos tenido reuniones para abrir el diálogo con ellos. Recibimos la agenda que habí­an presentado al señor Presidente, hemos tomado en cuenta todos esos puntos, y en esa primera reunión informamos de los avances que estamos teniendo. Se compartieron algunas decisiones que ya se han tomado. Todo esto es parte de un proceso que pensamos continuar en la medida que existan soluciones que satisfagan a ambas partes.

– P: ¿Se tiene contempladas algunas polí­ticas que dignifiquen la carrera

magisterial?

– R: El tema docente es parte de la calidad educativa. Hay tres ejes estratégicos, uno de ellos es la profesionalización docente. Todo ello tiene que ver en cómo nosotros capacitamos y logramos el mejoramiento humano. Esto está vinculado con la Dirección de Desarrollo Magisterial que promueve su desarrollo como persona. Hay que reconocer que maestros y padres de familia son los pilares de la educación. Si queremos educación de calidad, tenemos que generar las condiciones para contar con maestros de calidad.