Una fiesta con correción polí­tica


Como es esperable en año electoral, la polí­tica ha influenciado la popular fiesta de Halloween, cuando los estadounidenses se disfrazan y salen por el vecindario a pedir dulces.


Las máscaras de los candidatos presidenciales Barack Obama y John McCain se venden como pan caliente. Otros optan por vestirse con el traje rojo y los zapatos negros de la candidata republicana a la vicepresidencia, Sarah Palin.

Pero hay otra forma en que las elecciones están afectando la fiesta del 31 de octubre: la corrección polí­tica.

En escuelas estadounidenses se han prohibido desfiles de disfraces y otras festividades por distintas razones.

Por ejemplo, en partes de Connecticut, los primeros estarán prohibidos porque «interrumpen el aprendizaje y desperdician tiempo de enseñanza», según declaraciones de un superintendente de escuelas citado en el Connecticut Post.

Las fiestas y desfiles de Halloween están prohibidas también en Puyallup, Washington, porque autoridades de educación consideraron que podí­an ofender a quienes practican la religión pagana Wiccan, brujas, en otras palabras.

«Los conservadores padres católicos son probablemente la minorí­a que se harí­a oí­r en cuanto a Halloween, y las preocupaciones que tienen es que está asociada a imágenes demoní­acas, paganas, que encuentran ofensivas y desagradables», dice Charles Haynes, académico del First Amendment Center en Washington.

«Ellos igualan Halloween con el significado religioso de la fecha, lo cual mucha gente no hace, muchos piensan que es sólo un tiempo de diversión para los niños», agrega.

Halloween se celebró por primera vez en 1921 y los primeros disfraces salieron al mercado en 1930, según el US Census Bureau.

«Llegó con el estallido económico, con ventas de golosinas, disfraces y elementos decorativos. Los capitalistas lo aman. Pero su significado religioso es pequeño. Es realmente un festejo secular», dice Douglas Gomery, un académico de la biblioteca de radiodifusión de la Universidad de Maryland.

En otros casos la corrección polí­tica no fue tomada en cuenta en los disfraces o decoraciones.

En una casa decorada con motivos de Halloween, un monigote de trapo de candidata Sarah Palin, con lentes, el pelo recogido como la republicana y su emblemática chaqueta roja con falda negra, colgaba desde el tejado central entre unas calaveras y fantasmas que dan a una calle transitada de Los íngeles (California, oeste).

La muñeca fue desmontada en medio de una discusión vecinal, informaron ayer las autoridades.

Por otra parte, en el sitio coolest-homemade-costumes.com, dirigido por la familia de Elad Shippony, se sugiere el disfraz de un atacante suicida. Una fotografí­a del disfraz muestra un hombre usando un turbante, pantalones anchos y una camisa blanca con cables pegados con cinta pato alrededor de su cuerpo.

Aunque Shippony reconoce que es un disfraz racista que le ofende dijo que propuso la idea en internet porque «en Estados Unidos nunca sabes — especialmente en Halloween que es un festejo tan loco– cuáles son los lí­mites».

El sitio fue bombardeado con mensajes que expresaban disgusto. Shippony quitó el disfraz de su website.