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La Fonda del Siglo XVII ha realizado una extensa investigación de la comida gourmet, no de tipo popular, de La Antigua Colonial. Sus fuentes de información han sido las recetas manuscritas de origen familiar, otras transmitidas por tradición oral, documentos y libros de la época.
Para poder ofrecer a los comensales del Siglo XXI, comida elaborada con recetas gourmet del Siglo XVII, se ha tenido que experimentar numerosas veces, ya que las recetas no indican cantidades, o algunos de los ingredientes eran medidos de una manera diferente a la que se utiliza ahora. Además, los platos de comida eran muy elaborados, llevando algunos de ellos que se presentan en el menú, varios días para su confección.
Durante la época colonial se consumía mucha carne, excepto durante cuaresma, la que era cocinada durante varias horas, generalmente por cocineras indígenas o negras. Es por esta razón que se integraron elementos de las tres culturas en la gastronomía colonial, el horneado de los españoles, el frito de los negros y el cocido de los indígenas. En cuanto a los ingredientes también se combinaron la carne vacuna, porcina y aviar, el azúcar y las especies; los plátanos; y el maíz, el ají, el chile, las papas, y frutas como la papaya.
En relación a los postres, estos procedieron en su mayoría de los conventos, ya que eran las monjas las que experimentaban en la cocina y disfrutaban de ella.
Una característica esencial de la Fonda del Siglo XVII lo constituye una plática que se dará a los asistentes, con una duración de aproximadamente 20 minutos, en la que se explicará la evolución de la alimentación mesoamericana, desde la cultura prehispánica, hasta la colonia del Siglo XVII. Las presentaciones serán impartidas en idioma español o en idioma inglés, dependiendo de los grupos.
La fonda del siglo XVII es el único establecimiento de turismo gourmet que hay en Guatemala, y pretende apoya a la ciudad de La Antigua en su característica de destino de Turístico cultural.