Ayer martes, numerosas personas portando chumpas color verde con el distintivo de la Municipalidad Capitalina, estuvieron en algunas colonias de la parte norte en la ciudad de Guatemala, realizando una supuesta “encuesta” sobre la eficiencia de los servicios que presta la administración edilicia.
Sin embargo, llamó la atención la última pregunta sobre cuál era la calificación que los vecinos otorgaban a la gestión del alcalde Álvaro Arzú. Muchos de los “entrevistados” sacaron la conclusión que la tal encuesta, tenía un trasfondo político para medir el grado de aceptación que podría existir entre la población sobre el actual gobierno municipal de la ciudad capital.
Los “encuestadores” se llevaron la sorpresa que muchos de los habitantes asignaron una calificación muy negativa a la gestión del alcalde Arzú. Los vecinos pusieron como ejemplos, la falta de barrido municipal desde hace varios años, la irregularidad del servicio de agua potable, la actitud irrespetuosa de muchos de los “lectores” de los contadores, la deficiencia del transporte público, y la falta de señalización en las calles y avenidas.
Asimismo, señalaron que después que los trabajadores de Empagua realizan trabajos de reparación en la red de conducción del vital líquido, con frecuencia dejan en las calles los promontorios de tierra y después de varios meses no se preocupan de removerlos.
También llamó la atención que había preguntas que no deben formularse en una encuesta de este tipo orientadas a saber el nombre del “encuestado”, número de personas residentes en la vivienda, así como su sexo y edad.
Además del nombre del vecino, pedían su número de teléfono y datos del correo electrónico. Todo esto es de alto riesgo para la seguridad de los habitantes, además del agravante que los supuestos “encuestadores” no presentaban una identificación que los acreditara en forma fehaciente como representantes de la comuna, pues el hecho de portar un gafete colgando del cuello, no genera la suficiente confianza, ya que eso lo puede llevar cualquier persona.
Los vecinos consideran que es urgente la intervención del Procurador de los Derechos Humanos, para investigar el trasfondo de esta actividad sospechosa, que podría responder a una maniobra con fines políticos encubiertos.