José Felipe Flores nació en el año de 1751, en Chiapas, que era uno de los estados del Reino de Guatemala. Murió en el año 1824, en Madrid. En el año 1773 obtuvo el grado de bachiller en medicina. Entre los años 1779 y 1780 optó al grado de licenciatura y de doctorado en medicina. No había médicos aptos para examinarlo, y debió ser examinado por un maestro de artes, y por tres frailes y un sabio. En el año 1783 fue designado profesor de medicina de la Universidad de San Carlos de Guatemala.
Fue un extraordinario investigador de la anatomía humana, y creador de didácticos modelos anatómicos de cera, imitados y perfeccionados en el resto del mundo. Sus méritos profesionales obligarían a otorgarle el título de Médico de Cámara del Rey. Una de sus más intrépidas empresas científicas fue buscar un remedio que curase una temible enfermedad: el chancrol, o cancro, o cáncer. Y pretendió encontrar uno, que consistía en albóndigas de carne de lagartija. En el año 1781, publicó un folleto denominado «Específico nuevamente descubierto en el Reino de Guatemala para la curación radical del horrible mal de cancrol».
En el año 1782, el folleto fue publicado en México. Durante ese mismo año fueron publicados, en ese mismo país, dos folletos sobre el mismo tópico. El primero se denominaba «Instrucción sobre el remedio de las lagartijas nuevamente descubierto para la curación del Cancro, y otras enfermedades». El autor era Antonio de León y Gama. El segundo se denominaba «Discurso crítico sobre el uso de las lagartijas, como específico contra muchas enfermedades». El autor era Joseph Vicente García de la Vega.
En aquel mismo año fue publicado, también en México, el folleto denominado «Reflexiones sobre el uso de las lagartijas», cuyos autores eran Manuel Antonio Moreno y Alejo Ramón Sánchez. Ambos dudaban de la eficacia terapéutica de las albóndigas de lagartija. Antonio de León y Gama nuevamente argumentó en favor del presunto remedio. Entonces Manuel Antonio Moreno y Alejo Ramón Sánchez publicaron el folleto denominado «Carta apologética de las reflexiones sobre el uso de las lagartijas». Antonio de León y Gama, a su vez, publicó, en el año 1783, el folleto, denominado «Respuesta satisfactoria a la carta apologética, y defensa contra la censura, que en ella se hace, de algunas proposiciones contenidas en la instrucción sobre el remedio de las lagartijas». Manuel Antonio Moreno y Alejo Ramón Sánchez prosiguieron la discusión con el folleto denominado «Observaciones crítico-apologéticas, sobre la respuesta satisfactoria de Don Antonio de León y Gama, y la instrucción sobre el remedio de las lagartijas, del mismo autor». Suponemos que mientras la controversia persistía, las lagartijas eran sujeto y objeto de persecución.
El folleto de José Felipe Flores fue publicado en países de Europa; por ejemplo, en España, Francia e Italia. La fórmula original prescribía usar seis lagartijas. En Europa, empero, la fórmula prescribía usar treinta, y hasta cuarenta. Finalmente se comprobó que las albóndigas, aunque quizá fuesen deliciosas, y hasta tuviesen un insospechado poder nutricional, carecían del esperado poder terapéutico. Conjetúrase que esa comprobación fue festejada por las sobrevivientes lagartijas de San Cristóbal Amatitlán, que presuntamente tenían las mejores propiedades terapéuticas.
Post scriptum. John Tate Lanning, en su obra «La ilustración en la Universidad de San Carlos», afirma que el doctor José Felipe Flores «fue una persona de extraordinaria curiosidad y estuvo durante muchos años en la vanguardia de la ciencia médica de su país.»