En los tiempos modernos, las guerras ya no se libran únicamente a través de enfrentamientos bélicos, sino en el campo de la comunicación social. El caso de Libia, país situado en el norte de África, es un ejemplo de este fenómeno, al enfrentar una maquinaria propagandística encubierta, predisponiendo a la comunidad internacional para el derrocamiento del líder de esa nación, Muhamar Al Gaddafi, mediante una invasión de mercenarios extranjeros.
El objetivo era apoderarse de sus principales riquezas, particularmente petróleo y abundantes recursos hídricos, en un momento en que la escasez de agua para el consumo humano, comienza a agudizarse en el mundo. En el escenario de Libia, muchos medios de comunicación de las potencias occidentales, fueron utilizados para manipular la opinión pública, creando las condiciones con videos falsificados sobre supuestas violaciones a los derechos humanos, a efecto de justificar los criminales bombardeos sobre las principales ciudades.
En Irak se aplicó un formato parecido, al impulsar una invasión extranjera bajo el pretexto de que en ese país había armas de destrucción masiva. Posteriormente inspectores de las Naciones Unidas comprobaron que eso no era cierto. La realidad política del mundo, evidencia que unos pocos países con enorme poder militar luchan por multiplicar su dominación bajo la bandera de la defensa de la democracia. En ese contexto, resalta el empleo de propaganda, pero disfrazada de información. Al respecto, es oportuno recordar que la democracia sin democracia en los medios de comunicación, es una caricatura.
En el curso de los últimos años ha habido importantes esfuerzos para democratizar el proceso de comunicación de masas, rompiendo los perversos esquemas de manipulación de la opinión pública. Entre esos esfuerzos resalta el surgimiento de las redes sociales por Internet.
Otro ejemplo es la existencia de la cadena interestatal de televisión Telesur creada en el año 2005 por iniciativa del entonces Presidente de la República Bolivariana de Venezuela, Comandante Hugo Chávez, como un mecanismo destinado a promover la integración de los pueblos, debatir sus ideas y transmitiendo sus propios contenidos libre y equitativamente. Su programación no tiene publicidad comercial.
Otro acontecimiento es la reciente resolución de la Corte Suprema de Justicia de Argentina, declarando la constitucionalidad de la llamada Ley de Medios, que entre otras metas busca la desconcentración de la propiedad de los medios de comunicación, históricamente bajo el control de unas pocas familias. Esta ley que fue duramente atacada por el Grupo Clarín, poseedor de numerosos medios de comunicación, contribuirá sin duda, a que en esa nación sudamericana se fortalezca la libertad de expresión del pensamiento que es uno de los pilares centrales de la democracia.