UNA ANTESALA AL PARAíSO


César Guzmán
cesarguzman@yahoo.com

Existe en un lugar de América una pequeña pero próspera provincia. En este pueblo no hay gente sin trabajo y aunque el divorcio está permitido, sólo se ha registrado uno en sesenta años.

Los viajeros transitan confiados por los caminos pues no existen asaltantes, no hay bandas de gangsters, no existe el vicio comercializado ni hay temor por los criminales pues éstos son casi desconocidos en este lugar.

Hay tan sólo trece policí­as para sus 90,000 habitantes y en más de cuarenta años no ha habido una sola ejecución.

Se estima que hay más de diez mil automóviles en el pueblo, los caminos son angostos y sinuosos y sin embargo en varios años no ha habido más de dos accidentes automovilí­sticos; ninguno de ellos considerado como fatal.

¿Es acaso este maravilloso lugar lo que podrí­a llamarse una antesala al Cielo?

No. Es solamente una provincia donde por convicción nadie bebe alcohol.

Todos los vicios denigran al hombre,

lo destruyen y lo conducen a un pésimo fin.