Aumentan los casos de niños, niñas y adolescentes diagnosticados con enfermedades de transmisión sexual. Guatemala ocupa el quinto lugar de América Latina con población infectada.

Desde la detección del primer caso del sí­ndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) en Guatemala, en 1984, la enfermedad se ha propagado en todo el paí­s, dejando consecuencias negativas en distintos ámbitos sociales, sumándose como una limitante para el desarrollo humano.

De acuerdo con el Centro Nacional de Epidemiologí­a del Ministerio de Salud, un aproximado de 41 mil guatemaltecos están infectados con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) -que posteriormente da lugar al desarrollo del sida-.

Mientras que el informe mundial del sida 2008 revela que en Guatemala existen 59 mil personas portadoras con VIH y sida, el paí­s ocupa el quinto lugar de América Latina con población infectada.

Pero lo más preocupante para las autoridades de salubridad es que cerca de 24 mil 800 personas todaví­a ignoran que son portadoras del VIH, de tal forma que se les considera como potenciales transmisores de la enfermedad.

Un ejemplo de este extremo es Joaquí­n, quien a los 27 años contrajo el VIH después de mantener relaciones casuales con un hombre mayor que él y sin conocer su estado de salud, retransmitió el virus a su siguiente pareja.

Ahora con 39 años, Joaquí­n es un sobreviviente del sida obligado a enfrentar múltiples pruebas, dentro de las que cuenta que la más difí­cil es lidiar diariamente con las personas a su alrededor.

«La enfermedad me ha alejado de mi familia, de mis amigos y de mi trabajo», expuso recientemente, durante una conferencia de prensa para anunciar la conmemoración del Dí­a Mundial del Sida, que se realiza todos los años el primer dí­a de diciembre.

ESTIGMA

El procurador de los Derechos Humanos, Sergio Morales dice estar conciente de la amenaza que representa el sida para la salud de la población y además indica que existe una «cadena de consecuencias» que afectan otros ámbitos del desarrollo social.

«Tener sida no es sólo sinónimo de estar enfermo, también tiene como consecuencias la discriminación y segregación para las personas infectadas», señala el funcionario.

«Se impide a los seropositivos (infectados con VIH) el acceso a una fuente de ingresos, lo cual atenta contra sus derechos socioeconómicos», agrega.

Asimismo, señala que la exclusión también se presenta en los ámbitos más cercanos de las personas infectadas y transmisoras del VIH y sida. «Regularmente se expulsa a la persona de los grupos familiares y se alejan las amistades, incluso se les discrimina cuando son menores de edad que asisten a la escuela, lo cual conlleva una serie de complicaciones emocionales».

EPIDEMIA

Mariel Castro, representante del Programa Nacional de VIH y sida, señala que cada año crece la población comprendida entre los 15 y 39 años que es afectada por la epidemia del sida.

Esto lo confirma Elena Clavijo, directora del Hospicio San José, una organización que se dedica a prestar atención a las personas que padecen de esa enfermedad. «Sólo este año recibí­ 15 niños portadores del VIH, lo que supera a años anteriores».

Al igual que Morales, Clavijo refiere que la discriminación a los seropositivos es evidente en los centros educativos públicos y privados, donde recurrentemente se viola el derecho de acceso a la educación por la estigmatización de la sociedad.

Los estudios médicos en Guatemala dan cuenta que el sida se convirtió en los últimos años en una epidemia concentrada, ya que la mayorí­a de infectados se encuentra en condiciones de alto riesgo, como los hombres que tienen relaciones con otros hombres, las personas que se inyectan drogas, la población carcelaria y las trabajadoras del sexo.

No obstante, Castro aclara que cualquier persona puede adquirir el virus, en tanto que las formas de transmisión son múltiples, y en contraparte señala que existen diversas formas de prevención para evitar los contagios.

INFORMACIí“N

Informes internacionales revelan que los casos de sida se han reducido en paí­ses desarrollados por consecuencia de las constantes campañas de información que van dirigidas a prevenir el contagio y por el contrario, en los paí­ses en ví­as de desarrollo los í­ndices tienden a incrementarse.

Por consecuencia, Castro señala que las campañas para motivar el uso de métodos anticonceptivos, como el condón así­ como la abstinencia son clave para evitar que el VIH y sida continúen en propagación en Guatemala

Sin embargo, reconoce que «aún hace falta mucho trabajo» para informar a la población, ya que los rezagos socioeconómicos y la división social hacen más complicada la labor de sensibilización en la población. «No sólo libramos una lucha contra el sida, la desinformación y la pobreza también son nuestros enemigos».