Un voluntario de 103 años contento de trabajar en Pekí­n


La fiesta está por comenzar en Pekí­n. Mañana a las 5:00, hora de Guatemala arranca la fiesta olí­mpica.

Muchos ancianos centenarios estarí­an contentos simplemente con el hecho de llegar a su edad y tomarse la vida con calma, pero no es el caso de Fu Yiquan, quien es probablemente el voluntario olí­mpico más viejo de la historia.


Este anciano de 103 años pasea por las calles de su Hutong, el tradicional barrio pekinés, tres veces al dí­a ofreciendo ayuda y asistencia a los visitantes y turistas llegados para los Juegos y asegurándose de que la calle esté limpia.

«Esto es lo que puedo hacer por los Juegos Olí­mpicos. No puedo ir al estadio a trabajar, pero puedo asegurarme de que nuestra comunidad es segura y está ordenada», dijo Fu, un oficial «voluntario de seguridad de la capital», a la agencia Xinhua.

«Organizar los Juegos Olí­mpicos demuestra que nuestro paí­s está creciendo. Me siento orgulloso», añadió.

Fu, quien se trasladó a Beijing en 1940 desde la provincia de Shandong para huir de la invasión japonesa, recibió una invitación oficial para asistir a la ceremonia de apertura el viernes pero la devolvió.

«No quiero problemas para nadie. Mejor me quedo en casa viendo la ceremonia por televisión más que molestar a personas que tengan que cuidarme», dijo.

AL TIEMPO QUE ESTí ORGULLOSO DE PARTICIPAR EN EL MAYOR EVENTO DEPORTIVO DEL MUNDO, TAMBIí‰N «SUFRIí“» LA CONCESIí“N DE LOS JUEGOS A PEKíN.

Fu estaba en la calle cuando la capital china supo en 2001 que habí­a sido la elegida para organizar los Juegos Olí­mpicos, momento en que se lanzaron fuegos artificiales.

«De repente, un cohete estalló detrás de mi como un trueno y perdí­ la audición», recuerda, explicando que nunca se ha repuesto del todo del accidente.

Pero, no guarda rencor a nadie por ello.

«Quienquiera que estuviera lanzando cohetes detrás mí­ no querí­a herirme, sólo celebrar la victoria de Pekí­n», afirma.

Unos 400.000 voluntarios trabajan en la organización de los Juegos Olí­mpicos.