Un velero llamado libertad


A su llegada al canal de Panamá el joven norteamericano es entrevistado.

Un adolescente estadounidense que desde junio del año pasado realiza una solitaria travesí­a alrededor del mundo en un velero, cruzó el Canal de Panamá para iniciar la última etapa de su arriesgada aventura por los mares.


Sunderland confiesa que toda su vida la ha pasado en un velero.

Zac Sunderland, un californiano de 17 años, pretende ser la persona más joven que complete una vuelta al mundo en velero en solitario y en menos tiempo que sus predecesores.

Sunderland zarpó el 14 de junio de 2008, con 16 años, desde un puerto de California y desde entonces ha navegado hacia el oeste.

A bordo del «Intrepid», un yate de 12 metros de eslora, este joven adorador del dios Poseidón ha atravesado los océanos Pací­fico, índico y Atlántico, provisto de un teléfono satelital y una computadora con acceso a Internet.

Hawai, Islas Marshall, Papúa Nueva Guinea, Australia, Isla Mauricio, el Cabo de Buena Esperanza, el Caribe y ahora el Canal de Panamá han sido testigos de una hazaña que pretende concluir en un mes en California.

«Nací­ en un velero y toda mi vida y mis sueños han quedado marcados por esa circunstancia», dijo Sunderland, el mayor de seis hermanos y estudiante de secundaria.

Para este imberbe pero experimentado navegante, su sueño «siempre ha sido dar la vuelta al mundo en solitario en un velero».

«Estoy a menos de un mes de terminar este sueño que tení­a desde que apenas caminaba», agregó este admirador de Robin Lee Graham, primer adolescente que dio la vuelta al mundo, quien inició su travesí­a de cinco años en 1965.

Sunderland ingresó al Canal de Panamá desde el Atlántico el lunes por la noche y pernoctó en el lago Gatún. El martes continuó su camino y después de siete horas llegó a las esclusas de Miraflores, en el sector pací­fico. Tuvo que pagar 500 dólares por usar la ví­a interoceánica.

Contó que planea escribir un libro sobre su experiencia con el fin de devolverle a su padre, un constructor de veleros, parte del dinero que le ha costado esta aventura.

Aunque ha tenido patrocinadores, tuvo que poner 10 mil dólares de su bolsillo para emprender su travesí­a.

Entre sus anécdotas en el mar recuerda cuando se le rompió la máquina o la vez que se le quebró la cruceta del mástil. «Pero lo pude resolver tranquilamente porque yo soy un hombre de mar», dijo.

Sin embargo, admitió que «cuando se está solo en el océano hay momentos en que se tienen ciertas preocupaciones» y «se quiera o no en un año la vida te cambia».

«Aunque todaví­a queda un mes, la experiencia ha sido maravillosa y he aprendido muchas cosas», dijo Sunderland, quien añadió que a pesar de la soledad no ha «tenido mucho tiempo para nada de eso de estar meditando cosas trascendentales o religiosas».

Aunque ha atracado en muchos puertos, en ninguno dejó amores, como los marinos de las novelas.

«No tengo novia. Y durante el recorrido sí­ he conocido muchas mujeres en los puertos, pero yo me he dedicado a cumplir mi reto en busca de mi sueño», explicó.

Este muchacho de piel curtida por los rayos solares y la brisa marina sabe que su retorno a tierra no será fácil, ya que tendrá que recuperar un año y medio de estudios para graduarse de secundaria.

Aunque quiere estudiar una carrera, declaró: «a mí­ lo que me encanta es navegar y para navegar no se necesita un tí­tulo universitario».

Sunderland permanecerá el resto de la semana en Panamá antes de iniciar la última etapa de su travesí­a, pero ya está pensando en su próximo desafí­o.

«Quiero romper el récord del velero más rápido en dar la vuelta al mundo. Aunque ahí­ sí­ irí­a con tripulación», adelantó.

En enero de 2008 el francés Francis Joyon empleó 57 dí­as, 13 h, 34 min y 6 seg de travesí­a en velero en dar la vuelta al mundo en solitario.