Veinte diseñadores españoles, belgas y húngaros se han inspirado en pasajes de grandes obras literarias para confeccionarles un «traje a medida» con el que pretenden saltar fronteras y hermanar moda y literatura.
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La exposición «20 trajes para Europa: diálogo entre moda y literatura», que se inaugura hoy en la sede del Instituto Cervantes, muestra veinte diseños inspirados en textos de escritores españoles, hispanoamericanos, belgas y húngaros.
Modesto Lomba, presidente de la Asociación de Creadores de Moda de España, evoca las «mariposas amarillas» que aparecen en un pasaje de «Cien años de soledad», del colombiano Gabriel García Márquez, con un vestido en amarillo fuerte con el sello de la marca Devota & Lomba: los volúmenes geométricos.
El también español Jesús del Pozo ha sido el encargado de vestir, con un modelo plisado, «Los años con Laura Díaz», del narrador mexicano Carlos Fuentes, mientras que otros como el joven David Delfín han tenido que lidiar con los poemas de Antonio Gamoneda o Miguel Palacio con Carmen Martín Gaite, una de las novelistas más elogiadas del siglo XX español.
La exposición, que forma parte de la programación cultural organizada por la Presidencia española de la Unión Europea en coordinación con los otros dos países del trío de presidencias (Eutrio), Bélgica y Hungría, ha visitado ya Bruselas y Budapest, y permanecerá en Madrid hasta el próximo 23 de mayo.
Su comisaria, Concha Hernández, recordó que esta aventura empezó en Tokio, se mostró convencida de que la cultura «es la mejor carta de presentación de un país», y subrayó que el objetivo de la muestra era aunar la lengua, vehículo conductor, con la moda como industria cultural en continua expansión.
Consideró que el «maridaje» entre literatura y moda no ha sido ajeno nunca, ya que en las obras literarias la moda está presente «más de lo que pensamos».
En la selección de los escritores en español se primó a autores premiados con los máximos galardones de las letras hispanas, con un homenaje especial al Premio Nobel Gabriel García Márquez, y se buscó intencionadamente la presencia de todos los géneros literarios: prosa, ensayo y poesía.
«Sé que para los diseñadores a los que les tocaba vestir un poema el reto era mayor», indicó la comisaria, quien sin embargo precisó que en los textos elegidos «siempre había una frase o algo, como el hombro de una mujer, en el caso de Juan Gelman, o la piel de un lagarto, en el caso de José íngel Valente, que daba unas pautas».
Para Concha Hernández, el «gran descubrimiento» de la exposición han sido los escritores húngaros, y definió la muestra como «una experiencia estética».
En representación de los doce diseñadores españoles, cuatro belgas y cuatro húngaros que participan en la exposición asistieron Modesto Lomba, Roberto Torreta, Purificación García, David Delfín y Carmen March.
María Zambrano, Miguel Delibes, Rosa Chacel o Antonio Muñoz Molina son algunos de los referentes españoles incluidos en la exposición, mientras que las letras húngaras y belgas encuentran justo eco a partir de las recreaciones de los textos de Sándor Márai y Hugo Claus, respectivamente.
Además de los diseñadores presentes en el acto, otros como Agatha Ruiz de la Prada, Victorio & Lucchino, Amaya Arzuaga, Hannibal Laguna, Roberto Torretta o Lydia Delgado también han vestido distintos fragmentos literarios de autores españoles e hispanoamericanos.
A ellos se suman los modistas belgas Michael Guerra, Katrien Van Hecke, José Enrique Oña Selfa y Anna Heylen, así como los húngaros Tamás Náray, Micklós Pazicski, Kati Zoób y Natália Gyulai, con el convencimiento de que exposiciones como ésta también contribuyen «a hacer Europa».