Un suceso editorial extraordinario


Ren-Arturo-Villegas-Lara

Las limitaciones para producir o editar libros en Guatemala, siguen presentando dificultades. Muchos problemas tienen que enfrentar Antonio Móvil, en Serviprensa, Oscar de León Palacios, con su editorial privada, F&g Editores, y otras que se lanzan a un medio con pobreza de lectores y mercados reducidos. La Tipografía Nacional, la Editorial Universitaria de la San Carlos, y antes de que la cerraran impunemente, la Editorial José de Pineda Ibarra, del Ministerio de Educación, al menos cuentan o contaban con magros presupuestos del erario público.

René Arturo Villegas Lara


En el caso de la editorial de la Usac, hay esfuerzos por rescatar muchas obras ya perdidas en viejos anaqueles, y por eso señalo como suceso importante el hecho que se haya editado la obra de don Francisco de Fuentes y Guzmán, “La Recordación Florida”, por el momento en dos tomos voluminosos que no deberían faltar en toda biblioteca pública o particular. En mi ignorancia, yo sólo conocía un resumen que se publicó en la antigua colección “20 de Octubre”, de la editorial José de Pineda Ibarra, que uno adquiría por Q0.10, como política popular de la era octubrista. Ahora, la Universidad de San Carlos, gracias al entusiasmo del doctor Pinto, notable historiador guatemalteco, y la resolución del Consejo Editorial, ya están a la venta los tomos I y II de la Recordación Florida y se han editado una obra  fundamental de don Ramón A. Salazar, “El Tiempo Viejo”, una descripción de la vida en Guatemala durante los 30 años de Carrera y Cerna, y está esperando turno la obra “ Historia del Desenvolvimiento Intelectual de Guatemala” y las “Memoria de Rafael Carrera”. Es complicado, pero he sugerido entrarle a la obra de don Lorenzo Montúfar, sobre la historia política de Centroamérica en el Siglo XIX, de la cual yo tengo un tomo que perteneció al presidente Manuel Estrada Cabrera, que en alguna hojas aparece su firma, de mero puño y letra. También sería un éxito reeditar las Efemérides de don Federico Hernández de León, pues es una obra que difunde muchísimos sucesos de nuestra historia, con un lenguaje ameno y que puede leer toda persona interesada en la historia de Guatemala. Sobre la obra, La Recordación Florida, tuve la oportunidad de escuchar opiniones irreverentes, por no decir de ignorancia, cuando el doctor Severo Martínez publicó su singular libro “La Patria del Criollo”, porque creían que era una crítica a la de Fuentes y Guzmán y no es así. Lo que pasa es que Recordación Florida es una descripción de la vida colonial y de su entorno geográfico y demás, y entonces esa descripción le sirvió al maestro Severo Martínez, para interpretar esa realidad y sacar conclusiones sobre las características de la nación guatemalteca y sus problemas y contradicciones actuales. Y eso lo dice el mismo maestro Severo, quien alaba el contenido de primera mano que hay en la obra de Fuentes y Guzmán. ¿Sabe usted que pueblos y lugares como Chiquimula, Taxisco, Tepeaco, Guazacapán, Chiquimulilla, Pasaco, los acazaguastlanes, el río Michatoya, etcétera, ya existían con esos nombres cuando Pedro de Alvarado andaba volando plomo y tensando arcos y ballestas para vencer a los indios originarios que defendían la nacionalidad? ¿Sabe usted que el morro sirve para curar golpes y catarros? ¿Qué esa horrible culebra morada, de dos cabezas, que nosotros llamamos “Tapalcúa”, el nombre lo dice todo, ya se le tenía temor en ese remoto tiempo porque dicen que se introduce por la salida del bajo vientre si se va afuera sin precaución y que sólo sale de nuevo si a uno lo sientan en una bacinica con leche de vaca prieta? Pues todo eso aprenderá usted como noticias de nuestro tiempo viejo, sin descontar una gran información sobre nuestros orígenes anteriores y posteriores a la conquista y colonización. Ahora bien, ¿Quiere interpretar esa realidad? Entonces lea La Patria del Criollo, siempre atento a que el historiador manifiesta su concepción del mundo y de la vida y que lector puede compartir o no.