Recientemente la revista virtual guatemalteca Cambio 3 publicó sendo artículo bajo el título “Conflicto en la SIECA por la imposición de Guatemalaâ€. Confieso que dicho artículo simplemente me da vergí¼enza ajena, sabiendo, además, que de acuerdo a noticia reciente del diario Siglo.21 y de Extra de Costa Rica, la Ministra de Comercio Exterior de Costa Rica se mostró complacida del relevo del presente gobierno guatemalteco para solucionar el conflicto que existe en la SIECA.
Para muchos quizás sea irrelevante el tema de la SIECA, en virtud de que es una entidad que ha permanecido en el closet, enredada en una serie de conflictos palaciegos y cortesanos que lamentablemente han creado rencillas innecesarias entre los gobiernos centroamericanos.
De acuerdo con la Revista Cambio 3, se menciona que los gobiernos de Costa Rica y Guatemala no ceden en sus posiciones, y siguen enfrentados por el espurio nombramiento del burócrata salvadoreño Torres Chico, al frente de la SIECA, en virtud de que los costarricenses, que tienen toda la razón, muy bien aseveran que “no hubo consenso†en el repentino golpe de Estado que se le decretó en una reunión de la SICA, a la legítima exsecretaria, la licenciada Yolanda Mayora, exministra de Economía de El Salvador.
Conozco muy poco a la licenciada Mayora, y no me anima esta nueva columna que publico sobre el tema, defender posiciones personales, ni mucho menos intereses burocráticos ni de países. A mi juicio uno de los mayores desastres que ha enfrentado la tan manoseada “integración centroamericanaâ€, son los intereses personales y los chauvinismos al estilo de republiquetas bananeras, de pelearse sedes institucionales y proyectos concretos.
Tal y como me lo decía hace ya varios años el distinguido exdecano y dilecto abogado Rubén Contreras Ortiz, –QEPD– “en nuestro medio no hay lucha de clases, sino lucha de chancesâ€, y ello es lo que se retrata de cuerpo entero en materia del tema de la SIECA, pues no termino de entender cómo alguien como Torres Chico se aferra al aparente poder omnímodo de dos presidentes del área norte, sin tener el apoyo de los grupos económicos más importantes centroamericanos, quienes han adversado su candidatura.
Considero que este es uno de los temas inmediatos a ser enfrentados por el próximo Gobierno, siendo de aplaudir que ya saldrán, por la puerta de atrás, varios de los protagonistas guatemaltecos y salvadoreños que tramaron toda esta serie de intrigas palaciegas, tan comunes en la Centroamérica de hoy y de antes, desde los tiempos inmemoriales de la Colonia y de la post independencia.
Centroamérica requiere de instituciones fuertes, y tanto en lo que respecta al Parlacen, como al SICA, a la SIECA y especialmente al Banco Centroamericano de Integración Económica –BCIE–, debe trabajarse para que todos esos entes trabajen de cara al pueblo y a la auditoría social de las sociedades civiles centroamericanas.
Recordemos que las burocracias, en cualquier parte del mundo, tienden a la secretividad, a las transas internas y a la sobrevivencia, cuando el oxígeno de la transparencia y la auditoría social no circula en torno a ellas. Entonces se configuran verdaderas roscas, poco innovadoras, cuasisecretas, al estilo de las logias y los círculos cerrados, sin mayor interés por el dolor y la angustia que vive el pueblo trabajador el hombre y mujer común y corriente de estas sociedades atrasadas.
Es por ello que no descansaremos en esta columna en denunciar este tema y propugnar por una solución regional civilizada.