Un plan metropolitano


Editorial_LH

El tránsito en el área metropolitana de Guatemala está alcanzando dimensiones catastróficas no solo por el calvario que día a día significa para cientos de miles de automovilistas, sino porque estamos viviendo al borde del colapso de la red vial.Un pinchazo, el recalentamiento de un automóvil o un accidente vial son razones suficientes para que se produzca una reacción en cadena que afecta no solo los kilómetros cercanos al incidente, sino que proyectan sus efectos aun en rutas distantes y situadas en jurisdicción de otro municipio.


 La ausencia de cooperación entre las municipalidades es un hecho lamentable y evidente, por lo que es imperativo que se implemente de manera efectiva la norma constitucional contenida en el artículo 231 de la Constitución Política de la República, para que sea el Consejo Regional de Desarrollo de la Región Metropolitana el que aborde el tema de un plan coherente, serio y con visión de mediano y largo plazo, para enfrentar el gravísimo riesgo de que sucesivos y constantes colapsos viales puedan producirse en perjuicio de vecinos de varios municipios.
 
 Para empezar hay que decir que ningún municipio de los que están llamados a conformar la Región Metropolitana según la constitución, tiene un plan maestro de transporte que incluya no solo el servicio de transporte público, sino los temas de tránsito y vialidad que son fundamentales. No se puede hablar de transporte sin empezar por la vialidad para analizar las rutas por las que se puede desplazar ese servicio ni se puede excluir el tema del tránsito porque de su fluidez dependerá la eficiencia de todo un sistema de transporte, pero eso no ha sido comprendido a cabalidad por ninguno de los Alcaldes y de esa cuenta la carencia se está agudizando y se complica cada día más la situación.
 
 Tal y como están ya las cosas, ningún municipio puede hacer nada sin el concurso de los circundantes, por lo que es más que obvio que no se puede postergar la responsabilidad del Consejo Regional de Desarrollo Metropolitano establecida constitucionalmente. Y como sabemos que el problema fundamental es de egos entre los Alcaldes, que se sienten dueños de sus municipios, es necesario legislar rápidamente para normar la integración y funciones del Consejo porque estamos contra el tiempo. Enderezar el entuerto del tránsito será cuestión de muchos años, pero cada día que pase sin que hagamos nada significan meses o quizá años para resolver los problemas que se van complicando por ausencia de planificación y de orden en el crecimiento metropolitano que no tiene otra perspectiva, al día de hoy, que la de continuar en medio de la anarquía para incrementar el caos.

MINUTERO:

Tanto tiempo el mismo alcalde
y la continuidad es de balde;
o tenemos un votante muy burro
o a nadie le importa el futuro