El libro, presentado en la XIII Feria Internacional del Libro de Perú, «cuenta la historia real de Segundo Villanueva, un campesino del distrito de Sorochuco en Cajamarca en busca de su propia identidad, de la fe verdadera, de la verdad sobre Dios», dijo a la AFP la escritora.
«Esa búsqueda comienza cuando Villanueva a los 17 años, en la década de los 40, hereda de su padre asesinado una copia de la Biblia y al leerla le cambia la vida, porque empieza a cuestionar su fe y su religión católica», dijo Mochkofsky, 39 años, una periodista que escribe para varias revistas de América Latina.
El protagonista pasa del catolicismo al protestantismo, luego al evangélico y a otras religiones en Perú hasta que finalmente encuentra en la rigurosidad del judaísmo la verdadera religión, pero pese a ello somete a su fe a una serie de preguntas, cuyas respuestas consolida su creencia.
En esa indagación por la verdad religiosa arrastra a su familia, a sus amigos y después a una parte de la comunidad de Sorochuco.
Parte de ese grupo sigue a Villanueva a la travesía por la selva peruana para fundar una comunidad judía en la ciudad de Bagua.
Al fracasar ese intento, el protagonista y sus seguidores se trasladan a la ciudad de Trujillo (norte) y fundan un barrio pobre al que denominan «El Milagro». En ese lugar construyen su iglesia judía «Israel de Dios» y comienzan a vivir de acuerdo a los libros que le entrega la comunidad judía en Lima.
A finales de la década de los ochenta, una delegación de rabinos llega de Israel a El Milagro atraída por la historia de una comunidad judía de campesinos de los Andes peruanos.
«Tras un riguroso examen, 200 personas son convertidas al judaísmo y bautizadas en el río Moche (lugar donde existió la cultura prehispánica Mochica entre el S.I al S.VI dC), luego entre 1990 y 1991 son trasladados a las colonias judías en Israel en donde aún viven», dijo.
La autora de «Los farsantes, Caso Coppola» y «Timerman, el periodista que quiso ser parte del poder», dijo que comenzó a investigar la historia una tarde de hace casi cinco años cuando en internet halló una carta de un rabino estadounidense que pedía ayuda para una comunidad judía ortodoxa peruana.
«Una comunidad en que los rabinos eran cholos (andinos). Llamé al número del teléfono que figuraba en la carta y me contestó una mujer con acento hispano, era la esposa del rabino, y era peruana», dijo la escritora cuyo padre es judío y su madre católica, pero ella no se considera judía.
La mujer había formado parte de la comunidad de Segundo Villanueva y había sido «protagonista de la aventura descomunal de conversión y búsqueda de una identidad religiosa».
«Con el dinero de una indemnización de haber trabajado 12 años en redacciones de dos diarios, realicé la investigación que duró tres años durante los cuales viajé a Israel a Perú y adquirí libros», dijo tras indicar que un año demoró escribirlo.
«Lo redacté en forma de fábula para que pueda ser leído por adultos, jóvenes y niños», agregó.