Un paso más, para avanzar


Si fuera por los resumidí­simos despachos de prensa que publican los medios de comunicación de la mañana del paí­s, habrá quienes podrí­an decir que están al tanto de las noticias del extranjero. Sin embargo, ello no es así­ y no significa que se esté informado. A los redactores, al parecer, el espacio no les da lugar para ampliar lo que se publica y, menos, que se contextualice e informe mejor, objetiva y ampliamente. Tal lo que acaba de pasar con las elecciones del domingo en Paraguay.

Ricardo Rosales Román

Si se consultan los periódicos de la mañana del lunes, el lector sabrá de los resultados que el medio tení­a al cierre de su edición y si, acaso, se podrá encontrar una referencia que de paso apunta en dirección de agregar que con los resultados que se informan, se pone fin a 61 años de gobernantes colorados.

Lo demás, no tiene importancia informativa. El espacio, repito, no lo permite. La abundancia de anuncios lo constriñe así­ como el desperdicio de páginas que, en mi opinión, no sirven para nada y, como las dos de en 5 Minutos de elPeriódico, se podrí­a muy bien prescindir de ellas.

Y si el lector acucioso e interesado en informarse del acontecer internacional busca algo nuevo sobre Paraguay en los matutinos de ayer, tendrá que conformarse con escuetos despachos que ni siquiera por asomo centran su atención en lo principal y que, en mi opinión, no es otra que el significado que para América del Sur y el continente, en general, tiene el resurgir de aquél olvidado y hermano paí­s cuya historia vale la pena estudiar y analizar en el contexto del cambio de época que se está dando en el curso de estos primeros ocho años de lo que va del siglo y cuyo punto de partida arranca con el triunfo de la Revolución Cubana hace 50 años.

De manera, entonces, que quien quiera estar realmente informado de lo que está sucediendo en otros paí­ses y regiones del mundo, tiene necesariamente que acudir a los medios alternativos de información y opinión a fin de no permanecer atrapado en el corral informativo y noticioso a que obligan y someten a sus lectores y suscriptores los medios impresos de la mañana del paí­s.

Como es fácil advertir, en una sola columna con el espacio de que dispongo semanalmente aquí­ en el Diario La Hora, no es suficiente para referir cuestiones de suma importancia acerca del momento actual en Paraguay, sus antecedentes y la nueva situación en que se anuncia que podrí­a estar entrando a partir de la noche del domingo. No son sólo los resultados electorales los que importan. Es el contexto en que se da este proceso que podrí­a marcar el comienzo del fin de los 61 años de stronismo con o sin Alfredo Stroessner y de una historia institucional y polí­tica que, por cierto, no comienza con la proclamación de su Independencia la noche del 14 de mayo de 1811.

Para tal efecto quizá valga la pena traer a cuenta lo siguiente. Entre 1813 y 1844, Paraguay fue gobernado por tres Cónsules de la República (1813-1814), un Dictador Temporal (1814-1816), un Dictador Perpetuo (1816-1840), tres Juntas Provisionales (1840-1841), y un segundo Consulado Colegiado (1841-1844).

En los últimos 164 años, ha tenido 46 Presidentes, varios de ellos con gestiones de lo más efí­meras (Facundo Machain gobernó por 24 horas); cuatro de ellos fueron reelectos, en unos casos para perí­odos sucesivos y en otros para perí­odos alternos; Alfredo Stroessner gobernó de 1954 a 1989 e implantó la más larga y feroz dictadura militar que ha tenido Paraguay en el siglo pasado. Fue «reelecto» siete veces. Tiempo y espacio habrá que encontrar para referir más en detalle acontecimientos que se dan en Paraguay antes y después de su Independencia y cuyos más recientes capí­tulos están ligados a la Guerra de la Triple Alianza (1865-1870), la Guerra del Chaco declarada oficialmente en 1933 y a la que se puso fin tras la firma del Protocolo de Paz de 1939, y la Guerra Civil de 1947.

Es a partir del 13 de enero de 1947 que se institucionaliza la hegemoní­a del Partido Colorado que, en su condición de partido gobernante, pasa a ser el único partido legal en el paí­s, perí­odo que se prolonga hasta 1989. Alfredo Stroessner llegó al poder mediante el golpe de Estado del 4 de mayo de 1954 y, a su vez, fue derrocado durante la noche del 2 al 3 de febrero de 1989 por una asonada militar, jefeada por el también general Andrés Rodrí­guez que, por contradictorio que parezca, era consuegro del general defenestrado. El general golpista fue «electo» presidente el 1 de mayo de 1989 para un perí­odo de cuatro años. Le sucedió en el cargo el primer civil que fue «electo» en 1993, el señor Juan Carlos Wasmosy «poniendo fin» así­ a 40 años de gobiernos militares. A decir de los paraguayos, Wasmosy es uno de los peores gobernantes que ha tenido Paraguay.

La llegada al gobierno del ex obispo Fernando Lugo el próximo 9 de agosto tiene el significado de que, en las condiciones concretas de Paraguay, es un paso más de avance en la lucha por la verdadera y real emancipación de los paí­ses de América Latina y el Caribe y nuestro derecho a la libre y soberana integración regional.