En 1985, los esposos Cáceres, de Bayamán, Puerto Rico, se encontraban de fiesta celebrando los 10 años de su hijo único, Oscarito.
César Guzmán
cesarguzman@yahoo.com
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Hubo muchos invitados y amigos del niño que le manifestaron sus deseos de felicidad por medio de obsequios.
Al llegar al silencio de la noche, le pidieron al niño que colmara su entusiasmo abriendo los regalos, y que luego señalara cuál era su preferido.
Oscarito, obediente, realizó la tarea, y al contemplarlos todos, exclamó:
– El que más me gusta es este carrito rústico de madera, que mi amigo pobre, Jorgito, lo talló con sus manos, y… ¡me lo ha dado!
Para mí, éste es el regalo más valioso.
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