Un nuevo amanecer


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La contraportada de la edición del Diario La Hora del pasado viernes 30 de diciembre contení­a una bella imagen que resulta tradicional poderla disfrutar en nuestra linda tierra especialmente por estos dí­as del año. Estos nuevos amaneceres son los que queremos para el paí­s durante todo el perí­odo presidencial que pronto se iniciará. De verdad y en serio, no queremos saber más de estafas, mal manejo de fondos públicos, viles asesinatos y noticias negativas que, en vez de levantarnos el ánimo para combatirlos, lo bota y al rodar por los suelos, perdemos la esperanza para que Guatemala tenga mejores derroteros.

Francisco Cáceres Barrios
fracaceres@lahora.com.gt

 


Aunque sigo creyendo que no existen buenas o malas noticias, sino que todas son simplemente eso, noticias, no podemos negar que los medios de comunicación tanto escritos, hablados, electrónicos o televisivos puedan resultar algunas veces desagradables, tanto es así­, que constantemente escuchamos que lo mejor es no verlos ni oí­rlos. Esto mismo es ignorar la realidad, lo que hace el avestruz, aunque comprendamos que el hastí­o se hace presente cuando los hechos son repetitivos y tan insistentes que nos llevan a la desesperación.
Hay que comprender cómo es que reacciona nuestro pueblo, por ello el nuevo gobierno debe estar advertido que podrá tener en contra suya ese nuevo amanecer pues tan mala fue la pasada experiencia, que la población no le va a permitir errores sin señalárselos puntualmente; tampoco querrá darle el beneficio de la duda; ni siquiera el más mí­nimo compás de espera, asuntos que resultan fáciles de comprender considerando el estado de ánimo prevalente. Todos estamos ansiosos para que el cambio sea ¡ya! Tenemos prisa, como si fuera una emergencia, como si ayer hubiera ocurrido un terremoto o una más de tantas catástrofes naturales que nos ha tocado sufrir sin haber reparado sus consecuencias. No serí­a entonces prudente entrar pidiendo calma o paciencia sabiendo bien que la “Virgen no está para tafetanes”.
Por ello habrá que levantarse más temprano y aunque sepamos que por ello no amanece más temprano, habrá que demostrar desde el principio las intenciones que se tienen para que la respuesta sea rápida y veloz en atención a lo que los electores buscaron al confiarle su voto mayoritariamente a los ganadores de los comicios. El esfuerzo, el deseo de hacer bien las cosas desde el primer dí­a, dará a ese mandato conferido al nuevo gobernante ese amanecer tan añorado, la esperanza, hasta confirmar esa ilusión.
Es cierto, no se hizo Roma en un dí­a, pero que habrá  que convencer a cada uno de los guatemaltecos desde el primero con resultados positivos a las reales intenciones de cada uno de los funcionarios designados ¡no hay vuelta de hoja! Si es que no se quiere caer en la inveterada costumbre observada en nuestro paí­s desde tiempos remotos,  que al dí­a siguiente de la boda, la luna de miel se viene al suelo y empieza el desencanto.