UN íNGEL EN EL ALTAR


Samara Badescal llevó una vida normal sólo hasta antes de cumplir veinte años; de allí­ en adelante, comenzó a perder sus facultades mentales, y se marchitó su encanto femenino.

César Guzmán
cesarguzman@yahoo.com

La enfermedad que la atacaba era tan rara como fulminante; en pocos meses, de la vitalidad, hermosura y talento de Samara quedaba únicamente un triste recuerdo.

Pese a eso, su novio insistió en casarse con ella lo más pronto posible; nadie, absolutamente nadie, comprendió la clase de amor que impulsaba a ese joven a tan grande sacrificio.

Pero de todos modos, la boda se efectuó, y Samara en la agoní­a de su salud e inteligencia, estaba tan feliz que con su vestido blanco reflejaba lo que ya era: uno de los ángeles preferidos de Dios.

EL AMOR SE PRUEBA EN LA ADVERSIDAD.