Un millón de evacuados


Incendio. Las llamas se reflejan en el parabrisas del camión de bomberos, que combaten el incendio en San Diego California. Anoche fueron evacuados más de un millón de personas de California. (AFP / La Hora)

Casi un millón de personas tuvieron que ser evuacuadas en California como consecuencia de los incendios que cruzan la región desde el norte de Los Angeles hasta la frontera con México, según estimaciones dadas a conocer a última hora del martes.


Más de 350.000 viviendas fueron evacuadas en el sur del estado, lo que supone casi 950.000 personas afectadas según la media de ocupantes de cada vivienda, divulgó el canal de televisión KNBC 4 en su página web.

En el área de San Diego, la más afectada, más de un millar de hogares han quedado consumidos por las llamas desde el domingo. Uno de cada tres hogares habí­a recibido la orden de evacuación, según el medio.

Las autoridades confirmaron que una persona habí­a muerto y que más de 40, entre ellas 18 bomberos, habí­an resultado heridas en los incendios, que comenzaron el fin de semana y no parecí­an haber disminuido en la noche del martes.

Se calcula que las llamas han arrasado más de 1.500 kilómetros cuadrados, en las que han destruido más de 1.600 viviendas y han obligado a llevar a cabo la mayor operación de evacuación de la historia del estado.

El presidente, George W. Bush, declaró el estado de emergencia en el sur de California y movilizó las agencias de emergencias para que lleven ayudas a la región, donde se espera que las llamas se vean alentadas por una situación metereológica desfavorable.

Bush tiene previsto visitar la zona el próximo jueves.

Según la oficina del gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, Bush accedió a visitar la zona después de hablar por teléfono con el gobernador.

Mientras tanto, un grupo local de información de seguros afirmó el martes que tras los incendios las aseguradoras han recibido 1. 760 solicitudes de pago, que podrí­an ascender a 500 millones de dólares de aquí­ a que los incendios puedan ser extinguidos completamente.

Un infierno terrenal

En San Diego, el punto más afectado por los fuegos, unos 20.000 damnificados por las llamas se ampararon en el estadio Qualcomm, convertido en un gran refugio, mientras que en las urbanizaciones arrasadas se detuvo a dos personas por saqueo, informaron las autoridades.

«Agradezco que estemos todos a salvo, no me importa nada más», dijo Nancy Canfield, que logró escapar del fuego con su familia.

Algunos incendios son tan extensos que se pueden apreciar desde el espacio, y el humo es tan denso que los radares meteorológicos los confunden con nubes.

Unos 6.000 bomberos están batallando contra las llamas con un escuadrón de 90 aviones cisterna, incluidos un DC-10 y 40 helicópteros, mientras el Pentágono ordenó también poner a disposición de las tareas de evacuación a 550 marines.

«Estos incendios han causado una terriblemente trágica devastación en nuestro Estado, pero estamos respondiendo y no pararemos hasta que cada persona esté a salvo», sostuvo el gobernador Arnold Schwarzenegger tras una gira en las zonas destruidas de la estación vacacional de montaña Lake Arrowhead, a 150 km al este de Los Angeles.

«Estamos en una situación desafortunada en la cual se juntaron tres cosas: áreas muy secas, temperaturas muy calientes y mucho viento, lo cual provoca las condiciones perfectas para el incendio», explicó Schwarzenegger.

De su lado el jefe del departamento de bomberos del condado de Orange, indicó que la situación era extrema y «no hay recursos suficientes para enfrentar» el siniestro.

El martes miles de personas fueron evacuadas a 50 km al norte de Los Angeles, en una región montañosa donde 30.000 hectáreas fueron arrasadas por dos incendios.

Otro fuego espectacular destruyó al menos 160 residencias en la zona montañosa de San Bernardino, al este de Los Angeles, donde casas suntuosas esparcidas en lo alto de parajes de ensueño estaban a punto de ser consumidas por las llamas como en Running Springs, según imágenes de televisoras locales.

«El departamento de bomberos y las fuerzas de seguridad están sobrepasadas porque hay demasiados incendios propagándose. Los vientos son erráticos e impredecibles, no se puede decir hacia dónde se moverán los fuegos ni cuándo», apuntó el supervisor del condado de Los Angeles Zev Yaroslavsky.

El jefe de los bomberos en Los Angeles, Michael Freeman, dijo que esperaban la ayuda de los cuerpos del norte de California, Arizona y Nevada.

A finales de 2003, al menos 22 personas murieron en California donde otra tormenta de fuego redujo a cenizas 3.000 casas y unos 3.000 km2.