Ahora sí. Apenas queda un mes para quienes así lo deseen, acudan a votar a las urnas que ahora serán colocadas en mayor número de centros de votación, que por cierto, era la forma en la que el entonces Director del Registro de Ciudadanos (no existía Tribunal Supremo Electoral), realizó al menos tres fraudes electorales, al llenar las urnas de lejanos lugares, con más votos que los habitantes que allí sobrevivían, el más sonado de estos fraudes, contra el muy conocido general Ríos Montt, quien salió en carrera a España, en tanto aquí Manuel Colom Argueta y un grupo de babosos, nos reuníamos en la 18 calle a defender un legítimo triunfo, no por el susodicho general, sino por la clase de gente que lo apoyaba, la mayoría de los cuales fueron asesinados por los nuevos gobernantes.
Ahora son otros los actores pero aún sigo con la desconfianza al hombro y siento que las cosas básicas no han cambiado. Ni la política, ni los políticos, ni los valores, ni la mentira, ni el engaño, ni tampoco el deseo de tener un futuro mejor. Contrario a aquella canción tan bonita de «todo cambia», insisto en que en Guatemala, hasta ahora, nada cambia, sino que todo empeora, desde los guatemaltecos, hasta sus instituciones, aun aquellas que se dicen «inmaculadas», pero que están dispuestas a despedazar a cualquier persona para destruir su reputación y dignidad.
Por eso me gusta leer tanto a Albert Einstein, no, obviamente, sus escritos científicos de los cuales nada entendería, pero sí sus escritos humanos de los cuales saco una pequeña parte a ver si los «candidatos» lo entienden: «NINGíšN PROPí“SITO ES TAN ALTO (ser presidente o diputado o alcalde por ejemplo), QUE PUEDA JUSTIFICAR A MIS OJOS (y los míos) Mí‰TODOS INDIGNOS DE LOGRARLO», lo cual ya viví en carne propia.
Más adelante el genio, que para los defensores de los derechos humanos debe constituir una sorpresa, dijo: «NO REHUYAMOS LA LUCHA CUANDO SE TRATA DE PRESERVAR EL DERECHO O LA DIGNIDAD DEL HOMBRE; SOLO ASí PODEMOS CONGRATULARNOS DE PERTENECER A LA HUMANIDAD».
Miren pues lo que dijo Einstein, a quien algunos conocen «solo» por haber oído mentar que descubrió la Teoría de la Relatividad. Lo que dijo hace cerca de 70 años, tiene plena validez para quienes el 9 de septiembre querrán ganar las elecciones y que no usen, al menos en este mes que falta, métodos indignos de lograrlo y luchen siempre por preservar el derecho y la dignidad del hombre, sin robarle lo poco que tiene y sacándolo de la mucha pobreza que lo agobia. Que así sea.