Un maravilloso y perdurable obsequio


Al doctor Carlos Garcí­a Bauer le tuve siempre una gran admiración y afecto y siento que a pesar de la diferencia generacional, él también me tuvo aprecio, como me lo tuvo su hermano, el licenciado José Garcí­a Bauer, durante muchos años distinguido colaborador de La Hora. Yo recuerdo muy bien que aún estaba en el colegio cuando revisando las estanterí­as de la biblioteca de mi padre, me encontré con un libro cuyo tí­tulo me llamó la atención. «Los Derechos Humanos Preocupación Universal» era esa obra del doctor Carlos Garcí­a Bauer que abordaba un tema que con el tiempo llegarí­a a ser una de las cuestiones crí­ticas de la vida en la sociedad guatemalteca y de mis preocupaciones muy personales.

Oscar Clemente Marroquí­n
ocmarroq@lahora.com.gt

Leí­ el libro escrito por quien habí­a sido Ministro de Relaciones Exteriores y tení­a un doctorado en derecho internacional y puedo decir que fue mi primer contacto con el tema de los Derechos Humanos y me dejó una huella imborrable que me acompañó especialmente durante todos los años del conflicto armado interno y que ahora, cuando veo que la lucha contra el terrorismo ha cobrado entre sus primeras ví­ctimas, cabalmente, la ancestral postura norteamericana de respeto a las garantí­as civiles y derechos individuales, me recuerda cómo todo el ordenamiento del multilateralismo en las relaciones exteriores tiene como finalidad la búsqueda de la paz y la promoción de los derechos humanos.

Años después tuve la suerte de iniciar mis estudios de derecho con Marco Augusto Garcí­a Noriega, hijo del doctor Garcí­a Bauer, con quien hemos mantenido amistad a lo largo ya de casi cuarenta años. Y ayer Marco Augusto me hizo un obsequio que realmente es, como digo arriba, maravilloso y perdurable, puesto que tuvo la gentileza de cumplir su ofrecimiento de enviarme la colección completa de los libros escritos por su padre, entre los que destaca, por supuesto, el libro que me introdujo en el tema del respeto a los derechos humanos, entendidos de manera muy clara gracias a esa explicación histórica que hace Carlos sobre la forma en que la humanidad se ha esmerado siempre en promoverlos.

De hecho, el tema es dominante en la obra del doctor Garcí­a Bauer quien llegó a ser uno de los más destacados expertos en el tema y profundo conocedor de todo el proceso para estructurar los documentos internacionales que dan vida y estructuran su cada vez mayor vigencia. Pero el carácter erudito lo muestra además en trabajos de profunda investigación histórica, como el que aborda los sistemas polí­ticos y la organización social de las antiguas civilizaciones americanas, refiriéndose a los mayas, los aztecas y los incas. Su trabajo sobre los dos venezolanos más insignes, Bolí­var y Bello, o sus libros sobre Antonio José de Irisarri.

Conocedor profundo de la disputa ancestral de Guatemala con la Gran Bretaña, dejó en un libro plasmado el recuento histórico de la controversia y ya en los albores de la década de los años cincuenta publicó una obra con episodios de la participación de Guatemala en la vida internacional, relatando sus ricas experiencias como representante permanente de Guatemala en Naciones Unidas.

En un paí­s como el nuestro, con tan poco espacio para la historia, un regalo como el que me hizo Marco Augusto es invaluable y obliga a un enorme agradecimiento, pero más que eso, me permite volver a leer algunos libros que fueron parte de mis aprendizajes de juventud y que ahora voy a compartir con mis hijos también inquietos en esas cautivantes materias.