Un mandato por la paz


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En el marco de la euforia del campeonato mundial de futbol que estos días se desarrolla en los diferentes estadios de Brasil, algunas personas pasaron por alto un acontecimiento político de mucha trascendencia para América y el mundo entero, como fue la segunda vuelta electoral realizada en Colombia el pasado domingo, en la cual resultó reelecto el actual presidente Juan Manuel Santos.

Félix Loarca Guzmán


A pesar que este gobernante ha tenido una posición de derecha favoreciendo la política neoliberal que tanta miseria ha llevado al pueblo de su país, las fuerzas progresistas le dieron un amplio respaldo luego de ser derrotado por amplio margen en la primera ronda eleccionaria del pasado 25 de mayo, por el candidato de la ultraderecha, Oscar Iván Zuluaga, abanderado de una poderosa corriente neo fascista con una cara democrática.

El pueblo colombiano literalmente estaba al borde del abismo, al tener que decidir entre la guerra y la paz. 

Durante el último año, el presidente Santos sorprendió al mundo al expresar su anuencia para llevar adelante diálogos entre la guerrilla izquierdista y su gobierno en La Habana, tratando de alcanzar la firma de la paz, para poner fin a más de 50 años de enfrentamientos bélicos, que lamentablemente han dejado un saldo de muerte y destrucción.

En cambio, su oponente, el señor Zuluaga, se pronunció con fuertes críticas para las conversaciones de paz, inclinándose por la continuación de la guerra. Fue este resbalón, el que como un imán, logró la unidad de miles de ciudadanos que cansados de la violencia, reeligieron al presidente Santos con el 50.90 % frente al 45 % de su rival. Este resultado no es más que un mandato del pueblo colombiano en favor de la paz.

Esta segunda vuelta se caracterizó por una amplia participación de los electores, ante la presencia de más de ciento cincuenta observadores internacionales, entre ellos los representantes de la Organización de Estados Americanos, OEA, encabezados por el expresidente de Costa Rica, José María Figueres.

En este nuevo escenario, el presidente Juan Manuel Santos, tendrá que reorientar su política de gobierno, a efecto de atender las demandas de los movimientos progresistas que le dieron el triunfo, para luchar en contra de la desigualdad y lograr una paz con justicia social.