Un justo reclamo del Ministro de Gobernación


Oscar Clemente Marroquí­n
ocmarroq@lahora.com.gt

Los ciudadanos estamos acostumbrados a reclamar a nuestras autoridades y mostrar nuestro repudio por sus acciones, pero rara vez nos topamos con un ministro que lanza un reclamo tan fuerte y enérgico a instituciones y sectores de la sociedad por la apatí­a que hay ante el problema que representa la imposibilidad legal de proceder a una efectiva depuración de las fuerzas de Policí­a.

En efecto, ayer publicamos las declaraciones del ministro de Gobernación, Carlos Vielmann, quien señaló que es frustrante el esfuerzo de destituir y consignar a los policí­as implicados en actos contrarios a la ley para encontrarse con órdenes de los tribunales para que los agentes sean reinstalados en sus puestos y de ajuste el ministro tiene que asumir responsabilidades por reparos que en esos casos le formula la Contralorí­a de Cuentas de la Nación.

Es importante el esfuerzo que se viene haciendo para que la Policí­a pueda depurarse, pero evidentemente de nada sirve que se actúe en el marco de la ley porque existen mecanismos legales que impiden el éxito de los esfuerzos. La inamovilidad derivada de emplazamientos formulados al amparo de las leyes laborales hacen que sea imposible concretar cualquier plan de depuración porque no importa cuán probada sea la corrupción o la actitud delictiva de los agentes, de todos modos gozan de la protección para ser reinstalados y pueden cobrar sus sueldos caí­dos, lo que genera el reparo de la Contralorí­a de Cuentas.

Pienso que hay que buscar una fórmula en la que se establezca el fin de ese manto de impunidad que los tribunales terminan apañando con sus órdenes de reinstalación del personal que ha sido destituido por actitudes delictivas y corrupción. Como todo lo que es administrar justicia, es fundamental encontrar el justo medio para que ni se descuide la tutela a los legí­timos derechos de los trabajadores, pero que tampoco se usen ellos como parapeto para justificar el delictivo comportamiento de quienes están llamados a brindarle seguridad a la ciudadaní­a.

Otra cosa que mencionó el ministro, evidentemente molesto y frustrado por la realidad, fue que los ciudadanos están siempre exigiendo a las autoridades que garanticen la seguridad, pero cuando agentes mueren en el cumplimiento de sus deberes y dejan en orfandad a sus familias, ni siquiera un pésame reciben de los ciudadanos.

Uno de los pasos más importantes en la tecnificación de la Policí­a se dio con la activación de sistemas de posicionamiento global, GPS, lo que permitirá mantener control de todas las unidades y facilitará exigirles eficiencia, trabajo y responsabilidad, puesto que cualquier abuso que cometan los agentes que viajen en las patrullas, podrá ser corroborado por el registro de sus movimientos que puede mantenerse ahora totalmente al segundo gracias a ese adelanto tecnológico. No es un secreto que la Policí­a Nacional Civil está contaminada por la presencia de algunos agentes que no actúan de acuerdo con las normas que rigen a la institución y que aprovechan su poder para hacer daño a los ciudadanos. Ese tipo de agentes se verá ahora de alguna manera sometido a mejores controles gracias a la colocación de los GPS en los vehí­culos, por lo que los despachadores sabrán exactamente dónde está cada unidad y donde estuvo a lo largo de todas las jornadas.

Creo que apoyar al Ministro de Gobernación es importante para lograr una PNC depurada y efectiva, que sea instrumento de seguridad y que no genere la desconfianza que aún hoy se siente cuando se percibe la presencia de policí­as.