Un homí­nido revela nueva etapa de la evolución humana


Imagen de los restos del homí­nido. AFP PHOTO/HO/Brett Eloff/COURTESY OF LEE BERGER /UNIVERSITY OF THE WITWATERSRAND

Dos esqueletos parciales fosilizados de una especie desconocida de homí­nido, con casi dos millones de años, fueron descubiertos en Sudáfrica, levantando el velo sobre una nueva etapa de la evolución humana, según trabajos divulgados este jueves.


Este homí­nido fue bautizado Australopithecus sediba. Dos especí­menes -una mujer adulta y un varón de unos 10 años- fueron encontrados en una caverna, cerca uno del otro y muy bien preservados.

«Estos fósiles nos dan una imagen extraordinariamente detallada de un nuevo capí­tulo de la evolución del hombre y descorre el velo sobre un periodo crucial durante el cual los homí­nidos no dependieron más de la vida en los árboles para establecerse en el suelo», subrayó Lee Berger, un paleoantropólogo de la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo, principal autor del estudio publicado en la revista Science.

Estos dos homí­nidos caminaban erguidos y compartí­an varios rasgos con las primeras especies conocidas de Homo. Sus brazos eran largos como los de los monos pero con manos cortas y fuertes.

Estaban dotados con una pelvis evolucionada, dientes pequeños y largas piernas que les permití­an correr como un humano. También es probable que pudieran saltar entre los árboles. De hecho, el sediba estaba aparentemente cómodo en los dos modos de vida, según Berger.

Medí­a aproximadamente 1,27 metros; la mujer pesaba unos 33 kilos y el joven varón 27 kilos.

El cerebro de éste último, el único cuyo cráneo fue encontrado, era muy pequeño, con un volumen de 420 a 450 centí­metros cúbicos; el volumen del cerebro humano varí­a de 1.200 a 1.600 centí­metros cúbicos.

No obstante, Berger destacó en una conferencia de prensa telefónica que la forma del cerebro de este nuevo homí­nido parecí­a más evolucionada que la de otras especies de Australopithecus.

El sediba tení­a numerosas caracterí­sticas fí­sicas similares a las de varios de estos primeros homí­nidos, lo que podrí­a ayudar a comprender mejor lo que significa ser un humano, subrayó.

Estos dos fósiles tienen de 1,95 a 1,78 millones de años y la estructura de su esqueleto es similar a la de las primeras especies Homo, como la famosa «Lucy», de 3,2 millones de años y durante mucho tiempo considerada el ancestro común de la humanidad hasta el descubrimiento de «Ardi» (Ardipithecus ramidus), de 4,4 millones de años, que nos acerca más al ancestro común con el chimpancé.

Los dos nuevos fósiles sudafricanos son un homí­nido aparecido un millón de años después de Lucy. Sus caracterí­sticas muestran que la transición entre los primeros homí­nidos y el género Homo se produjo muy lentamente.

«No es posible establecer en forma precisa la posición filogenética -relaciones de parentesco- del sediba en relación a las diferentes especies desde el inicio del género Homo», explicó Berger.

«Podemos no obstante concluir que esta nueva especie comparte más rasgos derivados con los primeros homí­nidos que cualquier otro Australopithecus», añadió.

El sitio del hallazgo es rico en fósiles y al menos otros dos especí­menes de sediba son aún objeto de análisis, indicó Berger.

Los cientí­ficos identificaron también los fósiles de al menos 25 especies de animales, entre las cuales una hiena, un perro salvaje, antí­lopes y un caballo.