¡Un gran publicista nos ha dejado!


Ingeniera Karla Martí­nez Vargas

Me ha tocado separarme de muchos de mis familiares, los cuales me han dejado un profundo pesar. Pero el martes 19 de diciembre, debí­ aceptar la partida eterna de un hombre que sin ser mi familiar se identificó con mi padre y conmigo como el más amado de todos mis parientes.

Pasaban los minutos como si fuesen horas porque sentí­a golpes en las venas, tan fuertes como látigos y la piel como quien arranca pedazos por pedazos y así­ poco a poco hasta dejar un tejido sanguinolento y ardiente porque algo en nuestras vidas se alejaba.

No controlaba el llanto cuando sentí­ su presencia muy cerca de nosotros? Nos acompañó por mucho rato, pero principalmente a mi papá; pero lejos de sentir temor, sentí­ una compañí­a placentera.

¡Cuánto quisiera que estuviera vivo!, pero? También le pido a Dios que le dé una tarea, «la de mi ángel guardián» que me siga inspirando para el trabajo; que me murmure al oí­do la inspiración creativa; que al expresarme, el lenguaje sea elegante y florido; que extienda mi mano al desvalido y sobre todo lo sencillo y sabio que fue para conducir su empresa.

Fueron 41 años de conocerse con mi padre y 38 de jugar ajedrez, sin embargo nos faltó tiempo para saborear tanto de lo mucho que irradió.

No le decimos adiós, sino que hasta luego don Rodolfo Gutiérrez Machado