La denominada Cumbre de la unidad de América Latina y el Caribe se realizó con la participación de 32 países en Playa del Carmen, de la Riviera Maya, México, con el objeto de tratar asuntos e integración de la región.
jfrlguate@yahoo.com
Cada día más los países latinoamericanos y del Caribe sienten la urgente necesidad de encontrar un espacio, una institución que les permita discutir y analizar para encontrar consensos y así tomar apropiadamente su lugar dentro del concierto de las naciones del mundo.
Â
Esta necesidad está presente independientemente de que algunos países estén gobernados por tendencias de derecha y otros por tendencias de izquierda. La verdad es que la democracia es y debe ser respetada y la injerencia de Estados Unidos de Norteamérica debe repudiarse.
Â
No es posible que el narcotráfico -producto de la gran demanda de Estados Unidos- obligue a que buena parte del presupuesto de nuestros países se destine a combatir el problema que ellos crean con su demanda y con su capacidad de compra. Tampoco es admisible que se califique a nuestros países si están haciendo bien o no los mandados, la ejecución de las órdenes o disposiciones que de ellos provienen y que sus embajadores intervengan sin recato y sin respeto en nuestros asuntos internos.
Â
En los últimos 50 años no ha habido gobierno que no sufra la interferencia de los embajadores norteamericanos, incluso se permiten opinar sobre qué leyes deben ser o no aprobadas por los organismos legislativos, en cada país, qué disposiciones debe adoptarse en los aspectos migratorios entre latinoamericanos con el argumento que países como Guatemala se utilizan como puente de inmigración por ecuatorianos, peruanos y colombianos. También, dependiendo de los intereses norteamericanos, presionan para que nuestros países efectúen ponencias en Naciones Unidas, en la OIT, en la OEA y en todos los organismos internacionales, utilizándonos como subordinados.
Â
Cuando se trata de cualquier pugna o conflicto de intereses entre un país europeo, especialmente de Inglaterra, no miran qué es lo que procede legal y moralmente, de antemano se alinean en su total apoyo, evidenciando que para ellos cualquier país de América Latina o del Caribe se encuentra en tercero, cuarto o quinto lugar. Un ejemplo más que evidente ha sido la actitud que siempre ha tenido con respecto al legítimo reclamo que se le reconozca y devuelva la soberanía a la Argentina sobre las Islas Malvinas, donde improcedentemente Inglaterra extendió sus tentáculos sin justificación legal alguna.
Â
No es un secreto que durante el último conflicto los ingleses contaron con la ayuda técnica, diplomática y en cierta forma militar de los norteamericanos para vencer a los argentinos, razón por la cual, como es lo lógico, los argentinos recuerdan que sus muertos en ese conflicto son el producto de balas inglesas pero de pólvora norteamericana.
Â
Este mismo caso es lo que sucede con Belice, donde Guatemala tiene todo el derecho de requerir se le devuelva buena parte de ese territorio que ilegítimamente Gran Bretaña se apropió, sin que se le hubiera dado por España, concesión alguna como se hizo parcialmente en el resto del territorio, pero no para colonizar y mucho menos apropiarse de un territorio en donde, inclusive el día de hoy, la mayoría de los pobladores son personas traídas de la India, Medio Oriente, ífrica y de las islas de donde sus antepasados llegaron como esclavos.
Â
La creación de un foro latinoamericano y del Caribe no implica que se rechace o se le remplace a la OEA sino sería una instancia previa donde no participaran Estados Unidos y Canadá.