Un estudio pinta el retrato de la riqueza perdida de los océanos


Según e Poul Holm, de la Universidad de Dublí­n, hay un declive debido a la pesca y la destrucción de los hábitat

Hace sólo 200 años, eran decenas las ballenas alrededor de Nueva Zelanda y las costas británicas estaban infestadas de tiburones, contó un cientí­fico, coautor de un cuadro histórico de la abundancia pérdida de los océanos.


Un centenar de cientí­ficos de todo el mundo reunidos en la organización Census of Marine Life pudieron establecer lo que eran nuestros océanos varios siglos atrás.

El trabajo se llevó a cabo gracias al estudio de datos geológicos, botánicos y escritos históricos y será presentado el 26 y 28 de mayo en Vancouver, Canadá.

«Es el cuadro de un declive (de la fauna marina) debido a la pesca y a la destrucción de los hábitat», explicó uno de los autores del trabajo, Poul Holm, profesor de la Universidad de Dublí­n, en Irlanda.

«El impacto de la pesca fue enorme sobre el ecosistema a partir de los años 1800, probablemente mucho más importante que lo que pudimos imaginarnos», agregó.

Hace dos siglos, la fauna marina era más rica, los peces de tamaño superior y los predadores más numerosos.

En Europa, «la verdadera revolución en pesca marina intervino alrededor de 1600 cuando los barcos, de a dos, empezaron a tirar redes», explica el informe que presentará el Census of Marine Life en Vancouver.

El tamaño de los peces empezó a disminuir en Europa en la Edad Media con el comienzo de la pesca colectiva.

La variedad de la fauna marí­tima y su equilibrio en la cadena alimenticia se modificaron profundamente. Hoy en dí­a, la población de predadores no representa más del 10 al 15% de lo que era a principios del siglo XIX.

Unos cien años atrás, un bacalao en la pescaderí­a medí­a 1,50 metros; hoy los más grandes llegan a 50 centí­metros, porque son pescados mucho más jóvenes.

«La edad promedio de un bacalao es hoy de 2,8 años cuando es un pez que vive 10 años», explicó Holm.

En las costas inglesas de Cornwall, bancos de ballenas azules y de orcas cohabitaban con tiburones azules.

En Nueva Zelanda se contaban entre 22.000 y 32.000 ballenas a principios del siglo XIX pero en 1925 ya eran solo 25.

No obstante, mil de esas ballenas sobreviven hoy al sur de Nueva Zelanda.

En el mismo territorio, donde los investigadores lograron remontarse hasta el siglo XIII en la época de las primeras implantaciones en el archipiélago, la abundancia de pargos era siete veces superior a la de hoy.

El la mayorí­a de las zonas, los cambios provocados por la actividad humana demoraron miles de años en instalarse, pero también se observan evoluciones radicales en solo unas decenas de años.

En la zona de Key West, al sur de Florida (sureste de Estados Unidos), el peso promedio de un pescado era de 20 kg en los años 1950. Hoy es de 2,3 kg.

«Es muy útil saber lo que perdimos», afirma el profesor Holm.

«A pesar de que pintemos el cuadro de un declive, también es un mensaje de esperanza que sugiere que si volvemos hacia atrás, establecemos reglas para la pesca y evitamos imponerle estrés a los hábitat marinos, seremos capaces de restaurar la vida de los océanos para alimentar a más gente que hoy en dí­a», dijo a modo de conclusión.