La Corte Suprema de Nueva Jersey rechazó esta semana por unanimidad una demanda de una mujer que reprochó a su ginecólogo no haberle advertido antes de su aborto que tenía en su vientre «un ser humano completo, distinto, único e irreemplazable».
En abril de 1996, Rosa Acuna, una mujer casada y madre de dos niñas, consultó a su ginecólogo, Sheldon Turkish, por dolores en el vientre. Tras el examen, el médico le anunció que estaba encinta de unas siete semanas.
Unos días más tarde, Acuna volvió al consultorio para poner fin a su embarazo. Pero poco después presentó una demanda ante un juez local acusando al médico de no haberle informado que un aborto implicaba matar a «un miembro de la familia».
Luego de años de idas y vueltas legales, el caso llegó a la Corte Suprema del Estado, que se inclinó a favor del médico.
La ley «obliga al médico solo a brindar a los pacientes que soliciten un aborto informaciones médicas, como las etapas de desarrollo del embrión o los riesgos médicos vinculados al procedimiento», explica la decisión.
La ley «no permite imponer a un médico que podría tener un punto de vista científico, moral o filosóficamente diferente (…) brindar a la demandante la información que reclama», añade la decisión, destacando que «no existe consenso» en Nueva Jersey para determinar el momento en el que un feto puede ser considerado una persona.
«No creemos que la ley obligue a un médico a informar a una paciente embarazada que un embrión es un ser humano vivo y existente», concluyeron los jueces.
Washington (AFP)