Un ejemplo en América Latina


El respaldo que ayer otorgó la UNESCO a un proyecto de salvaguardia de la cultura aymara como patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad, impulsado por Perú, Bolivia y Chile, deberí­a servir de ejemplo en América Latina, consideró una responsable peruana.


«Con frecuencia en los paí­ses de América Latina tenemos conflictos en relación con los patrimonios compartidos y en este caso, hemos logrado un espacio de encuentro y de comprensión», se congratuló Soledad Mujica, directora de Registro y Estudio de la Cultura en el Perú Contemporáneo, dependiente del Instituto Nacional de Cultura del Perú.

La decisión de inscribir la iniciativa en el registro de programas, proyectos y actividades de salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial fue adoptada en Abu Dhabi por un comité intergubernamental de 24 paí­ses, reunido por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

En diálogo telefónico con la AFP, Mujica afirmó desde Abu Dhabi que la decisión «es una muy buena noticia porque han reconocido la metodologí­a y la pertinencia del proyecto sobre el universo cultural aymara».

El proyecto que será inscrito en el registro de programas, proyectos y actividades de salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial, se desarrollará en los próximos cinco años en tres ejes de trabajo de la cultura aymara «amenazados de extinción», según la propuesta presentada al comité: la música, las prácticas textiles y las asociadas con la agricultura.

La iniciativa proviene de tres paí­ses donde hay una importante población aymara, una de las culturas andinas más antiguas del continente, que asciende a unos seis millones de personas, empezando por Bolivia (unos cuatro millones) -y donde el presidente Evo Morales es de origen uru-aymara-, seguida por Perú (más de un millón) y Chile (menos de un millón), según Mujica.

El proyecto quiere «garantizar la viabilidad de expresiones culturales en peligro que constituyen la identidad cultural de las comunidades aymara de Bolivia (La Paz, Oruro y Potosí­), de Chile (Tarapacá, Arica, Parinacota y Antofagasta) y del Perú (Tacna, Puno y Moquegua)», según la propuesta tripartita.

Reunidos en torno al Centro Regional para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de América Latina (CRESPIAL), Perú, Bolivia y Chile empezaron a trabajar en este proyecto en agosto de 2008.

Su desarrollo necesitará unos 900.000 dólares y estará dirigido a los alumnos de 5 a 11 años, a sus familias y a los docentes de escuelas primarias.

«Vamos a poner el acento en la transmisión generacional», indicó Mujica, antes de puntualizar que el programa prevé «la formación de capacidades en maestros y en jóvenes lí­deres» de dichas comunidades.

El objetivo es crear una red subrregional e internacional para salvaguardar la cultura aymara a través de sus individuos y comunidades, pero sumando también a expertos, organizaciones autóctonas, centros de investigación, las ONG y los gobiernos.

Responsables de los tres paí­ses se reunirán a fines de octubre en Arica (Chile) para mostrar los primeros resultados de este ambicioso proyecto referidos a una búsqueda bibliográfica que sentará las bases de un banco de datos conjunto, anticipó la responsable peruana.

Con su respaldo, la UNESCO pretende que proyectos de esta í­ndole sean considerados una «buena práctica» que sirva de ejemplo para otros paí­ses, explicaron fuentes de esa organización.

«Un reconocimiento así­, de la UNESCO, poniéndonos como ejemplo para otros paí­ses, nos compromete aún más con el proyecto y refuerza nuestra decisión de sacarlo adelante», afirmó Mujica.

Para esta responsable «el patrimonio compartido debe entenderse como un patrimonio común a los diversos paí­ses que lo tienen y los planes de salvaguardia también (…) porque la cultura aymara está dividida en tres paí­ses por una frontera contemporánea, cuando en realidad es una sola cultura», concluyó.