Un dí­a cualquiera: el martes.


 Comprendo a plenitud que ílvaro Colom y sus allegados solo observen lo bueno que han hecho (¿han hecho algo bueno, pues?), por lo que quisiera referirme a un dí­a cualquiera en Guatemala, como tantos que hemos estado padeciendo últimamente: frí­o, nublado, con lluvias, oscuro y triste. Así­ amaneció el martes 28 de septiembre, hace menos de 72 horas.

Héctor Luna Troccoli

Comencé a leer la prensa y una vez más -no por ganas de destruir, desestabilizar, no dar importancia a Cohesión Social, a Tu Muni, etcétera, como dicen Arzú y Colom-, nos puso al desnudo, con abundantes pelos y señales y no en el anonimato o con datos falsos, la crí­tica situación en que vivimos y nuestro irremediable destino de no poder hacer nada para cambiarlo.

Así­, Prensa Libre nos informa acerca de sobresueldos (dobletes), que reciben alrededor de 55 funcionarios de ese enorme monumento a la estupidez, ineficiencia, corrupción, negligencia y abuso que se llama Renap y que en mala hora fue creado para dejar a cientos de miles de guatemaltecos, especialmente quienes recién acaban de cumplir 18 años, viviendo indocumentados en su propio paí­s, lo que les imposibilita hacer trámites de cualquier tipo, incluyendo el de conseguir trabajo, para que la pobreza abunde más. Estos «pagos selectivos» a esos «eficientes» funcionarios del Renap, constituyen delito, sin que ni la Contralorí­a ni el MP hagan algo al respecto.

En Siglo Veintiuno leo que la Superintendencia de Telecomunicaciones -SIT-, de sus fondos privativos compró 27 vehí­culos, la mayorí­a pick ups de doble transmisión y doble cabina, para ser entregados a la esposa de Colom, la señora Sandra Torres, indudablemente, según los tumbagobiernos, para ser utilizados para su cercana campaña. Aquí­ no solo hay inmoralidad como el caso del Renap, sino también varios hechos ilí­citos que se deben perseguir, como malversación, fraude y otros que el MP debe  investigar y llevar a los responsables a juicio, aunque a los meros jefes, Torres Colom, no les guste.

En elPeriódico me entero que los diputados -otra vez-, ya empezaron a hacer malabares para que de la ampliación presupuestaria se le otorgue a cada uno la disposición de dos millones de quetzales para contratar a sus empresas para hacer obras en un papel, dejarlas a medias o que con el primer ventarrón se caigan al suelo.

En Nuestro Diario -experto en violencia y cadáveres-, me doy cuenta que solo en agosto fueron asesinadas 541 personas, es decir, 18 diarias, entre mujeres, niños, jóvenes o adultos, lo que demuestra  que la seguridad con inteligencia que este gobierno ofreció es un mito, una falacia y un irrespeto a los derechos más elementales de los guatemaltecos y que nada se ha hecho en casi tres años por nuestra patria.

En una investigación realizada por La Hora, ya  por  la tarde, me informo que el viceministro administrativo del ministerio de Comunicaciones Alfredo Mury, es mandatario con representación de la empresa constructora Conasa, la más grande del paí­s, que junto con Solel Boneh tienen a su cargo la mayor parte de la construcción de obras públicas en Guatemala. Por supuesto que la sola presencia de este viceministro en ese puesto clave hace que la edificación y construcción de cualquier tipo recaigan en su «representada». Aparte del cinismo, la desfachatez y el descaro, ¿cuantos delitos saldrán a luz si la Contralorí­a y el MP investigaran? Y que no venga el señor Mury con que ya no es mandatario o representante de esa empresa, porque su presencia en ese puesto clave le permite otorgar privilegios a sus «cuates» de la constructora, con o sin mandato notarialmente faccionado e inscrito, al fin y al cabo no  somos tan pendejos.

Ese fue un dí­a normal de información y por cierto, el presidente Colom dijo hace unos ocho dí­as que no se podí­a acusar a su gobierno de corrupto y menos a un ministro. Entonces, ¿me pueden explicar qué pasó son su ex ministro de Gobernación Raúl Velásquez, actualmente prófugo, las cúpulas de la PNC que están en el bote, su ex secretario general de la UNE y ex presidente del Congreso, acusado del hueveo de 87 millones de quetzales y muchos más, como ex directores de Covial, de Fonapaz, de ONGs, de sus parientes polí­ticos, militares vendearmas, etcétera? ¿O en qué ha gastado cerca de mil ochocientos millones de quetzales en poco más de 18 meses (Q 100 millones al mes) la «milagrosa» Cohesión Social? Sí­, ya sé que todo está en manos de la justicia o que es secreto militar, o que no se puede poner en riesgo la vida de los beneficiarios de Cohesión Social, etc. Entonces ya no hay nada más que hablar, no sea mal pensado. Y… ¿cómo la ve disdiay?

UNA BOFETADA. Hace pocos dí­as, transité por la carretera de don Guayo Villatoro y conocí­ el viaducto que el gobierno y Antonio Coro, alcalde de Santa Catarina Pinula, y a un costo de apenas 27 millones, están construyendo, jodiendo a miles de automovilistas, para lograr el más grande beneficio que paí­s alguno haya conseguido para  más de 100 acaudaladas familias de la colonia de lujo Santa Rosalí­a. ¿Se podrá obtener una lista de los que viven allí­?… Esa es una bofetada para la  pobreza extrema de millones de chapines sin educación, salud, techo y vivienda y la culminación de la «solidaridad» de este gobierno, y un alcalde al que nada le falta.Â