Los diputados, esos señores que según una encuesta publicada hace dos meses, junto con los políticos (que para el caso, casi es lo mismo), son los que tienen el menor porcentaje de simpatía (8 y 9%) van a salir a unas merecidísimas vacaciones a partir de este día, aunque pueda ser que se sacrifiquen dos o tres sesiones más para atender los asuntos urgentes del país.
¿Qué no se lo merecen? No sea injusto, ni envidioso. En todo el año de labores han producido únicamente una ley que tiene algo digerible como lo es la de Enriquecimiento ilícito.
Las demás han sido para favorecer mineras, monopolios de telecomunicaciones, presupuestos inflados, tapar negocios sucios de este y otros gobiernos, poner a dormir leyes que tienen trascendencia como la de desarrollo rural y las reformas a la ley de amparo por ejemplo. Han trabajado tanto que tuvieron vacaciones de medio año de tres meses 1/5/ al 1/8 y ahora tendrán otra de mes y medio. Les quedan nueve meses que son 36 semanas, con sesiones, si bien nos va, de tres a la semana cuya y duración promedio de cuatro horas, aunque de estas se celebra efectivamente una, excepto si les dan pisto para que pasen determinadas leyes que interesan al Ejecutivo o al sector privado o quieren perder el tiempo en interpelaciones. Todo eso nos ha costado a los pendejos contribuyentes Q650 millones, que es su presupuesto anual, es decir, siendo optimistas, asumamos que han celebrado 30 sesiones productivas (las interpelaciones y muchas pendejadas que aprueban no cuentan), que nos cuesta 21.6 millones de quetzales, lo que implica que el “trabajo” del Congreso nos cuesta Q.1.8 millones la hora.
¿Y si usted es de los que cree que su sueldo es de apenas Q42,000?, todavía cree en Santa Clos. Hay partidas que son distribuidas generosamente, fuera de que hay negocios corruptos que están al alcance de sus manos día y noche y para lo cual SÍ trabajan. He tenido la mala suerte de conocer a algunos diputados que eran de clase media baja o clase media en términos económicos y clase 0 en inteligencia, lo que es peor, y ahora son multimillonarios por la gracia infinita de los negocios que hacen con sus cuates y parientes.
No sé a cuantos guatemaltecos les da vergüenza el Congreso. Honestamente creo que son muchos y lo peor es que justos pagan por pecadores pues aunque me sobran los dedos de las manos para contar a los relativamente honestos, pongamos que supuestamente hay 150 de dudosa reputación, lo que significa que nosotros, los que fuimos a votar (y ya no lo volveré a hacer), somos los responsables de que estén allí, pero como decimos los abogados, vale el derecho a pataleo. Y es que aquí, en estas democracias de cartón, lo mismo vale el voto del señor de Paseo Cayalá, el cemento, la cerveza, que el del campesino que se jode desde las cinco de la mañana para poder sembrar un poco de milpa y frijolares enredadores para tener tortilla y frijoles medios crudos. Estos campesinos no salen de vacaciones y muchos obreros tampoco, porque tienen patronos de la época de Ubico.
Alegrémonos pues porque el Congreso sale de vacaciones. Al menos tendrán estos meses para gastar pisto en viajes ¿más?, ropa fina, juguetes caros, carros nuevos, casas más grandes, whisky etiqueta azul, coñac Napoleón cuando menos y bocas de huevos de esturión, vulgarmente conocido como caviar. Dichosotes los señores diputados, lástima que los pocos huevos que se tuvieron después de la caída de Serrano desaparecieron como por encanto y el castramiento chapinesco se ha generalizado.
No me resta más que desearles a los Señores???, Señoras???? Y Señoritas?????¡¡¡¡¡¡ diputadas y distinguidas familias que la pasen bien pues se lo merecen. ¡¡¡¡DICHOSOTES, MAS QUE DICHOSOTES!!!!