Esta es una historia que nos demuestra que, de la tristeza, pueden salir cosas buenas, si es que no nos dejamos vencer. Y es que, por la suerte del destino, Carlos Humberto Romero Andrade se vio, de pronto, viviendo en Huehuetenango, en la cabecera departamental.
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í‰l nació en la ciudad capital, pero por un episodio triste de su hija, debió viajar a Huehuetenango para estar tras su huella. Fueron más de seis años en que vivió en aquel departamento del occidente del país, en el que tuvo que estar dando vueltas y vueltas.
Los episodios tristes de pronto fueron pasando, y Carlos Humberto empezó a darse cuenta de su entorno, y pensó que, aunque no fuera huehueteco de corazón, él podía ayudar a esa gran ciudad para que mejorara.
Es decir, Carlos es de esas personas que no esperan que la gente y la ciudad le dé algo, sino que piensa en qué puede darle él a la ciudad.
Así que se dio cuenta de que en cierto sector de la ciudad huehueteca, los vehículos y peatones corrían riesgo, ya que tenían que atravesar un crucero de vías muy complicado y, lo peor, es que no se tenía semáforo.
En Huehuetenango, existe un cruce peligroso, que conecta la 10ª. avenida con la calzada Kaibil Balam, la más importante de la ciudad. í‰l, a fuerza de caminar por el sector, se dio cuenta de lo peligroso que era, y que más de algún accidente había presenciado.
Tras esta reflexión, decidió actuar, y por iniciativa propia ideó un viaducto que permite a los vehículos continuar su marcha, sin necesidad de parar y esperar pasar, o, mucho peor, esperar que un choque se produzca.
El proyecto del viaducto lo diseñó por sí mismo. Para evitar que le robaran la idea, acudió con un abogado, quien le hizo una copia certificada. Luego, acudió con el Alcalde de Huehuetenango para hacer la propuesta. Sin embargo, debido a problemas en ese municipio, en que el Alcalde se encuentra relegado de sus funciones por denuncias por el manejo de la basura, actualmente no se puede hacer prosperar su idea.
Sin embargo, Carlos Humberto no se ha quedado de brazos cruzados, y ante la falta de un líder en Huehuetenango, se avocó con la Asociación Nacional de Municipalidades (Anam) y con el Instituto de Fomento Municipal, que le recomendaron empezar a buscar financiamiento, para que, cuando se arreglen los problemas en el municipio, se pueda echar a andar el proyecto.
Por gente como Carlos Humberto, que sueñan y proponen, nuestro país ha alcanzado sus mejores logros.
Si usted sabe de algún tipo de ayuda para echar a andar este proyecto, comuníquese con Carlos Humberto Romero Andrade, al celular 4053-1133.
Huehuetenango es el nombre de un departamento de Guatemala, de un municipio de este departamento y de la cabecera departamental. El departamento está situado en la región Noroccidental del país y limita al Norte y Oeste, con México, al Sur con los departamentos de San Marcos, Quetzaltenango y Totonicapán; y al Este con el departamento de Quiché.
El departamento de Huehuetenango es de topografía variada, con montañas y cimas que exceden los 3 mil 500 metros sobre el nivel del mar en la Sierra de los Cuchumatanes y tierras bajas que descienden hasta unos 300 m. La climatología es forzosamente variada, también en relación con la elevación y sinuosidades del terreno.
La ciudad de Huehuetenango se encuentra a una distancia de aproximadamente 261 km de la ciudad capital a una altura de 1 mil 901.64 metros sobre el nivel del mar. La población del municipio de Huehuetenango está estimada actualmente alrededor de los 100 mil habitantes de población fija y unos 15 mil de población flotante.
Esta ciudad mantiene un ritmo de crecimiento poblacional y comercial constante, siendo la ciudad con más empuje per cápita de Occidente.