Un buen funcionario


Sin aspavientos polí­ticos y manteniendo un perfil bajo, el doctor Vinicio Gómez tuvo un efectivo desempeño como ministro de Gobernación desde que ílvaro Colom asumió la presidencia de la República. De manera consistente vení­a impulsando no sólo la modernización sino la depuración de la Policí­a Nacional Civil y su trágica muerte, ocurrida ayer en un percance aéreo, enluta al Gobierno y al paí­s. Los diferentes sectores preocupados por el tema de la seguridad y la justicia veí­an en el doctor Gómez a un eficaz colaborador.


Las condiciones climáticas que prevalecen sobre el territorio nacional han sido señaladas como causa probable del percance, pero dado el trabajo que vení­a realizando el ministro en cuanto a la depuración de las fuerzas policiales, es importante que se mantenga abierta una investigación sobre el caso para descartar cualquier acción premeditada en su contra. Especialmente llama la atención que los servicios meteorológicos indican que a la hora en que la nave desapareció de los radares habí­a nubosidad en la zona y lloviznas aisladas, pero todos los que conocieron al piloto Mario ívila coinciden en que era uno de los más experimentados en su ramo y que no corrí­a riesgos.

Con el perfil del piloto cuesta creer que se aventurara a cruzar una zona sin visibilidad y que no aterrizara la nave si existí­an condiciones de mal tiempo que pusieran en peligro a los tripulantes. Vivimos en un paí­s donde hemos visto muertos acarrear basura y no puede descartarse nada con relación a este percance que debe ser investigado seria y profesionalmente.

Para el Gobierno la muerte del doctor Vinicio Gómez y de su viceministro, í‰dgar Hernández Umaña, constituye un duro golpe por el trabajo que vení­an realizando y deberá tener especial cuidado en la selección de las personas que se hagan cargo de esa delicada función que puede ser piedra angular del éxito o el fracaso de la gestión gubernamental, no sólo porque el tema de seguridad es crucial para la población, sino porque constituye el gran desafí­o por los intereses que hay de ciertos sectores por mantener el control de fuerzas de seguridad para asegurar el régimen de impunidad.

Se viven, sin duda alguna, momentos aciagos para el paí­s y ojalá que no sean preludio de mayores complicaciones para el futuro. No se puede descartar totalmente la posibilidad de un accidente causado por razones que deberán establecerse, pero tampoco serí­a lógico ni sensato descartar otras posibilidades sabiendo la importancia del esfuerzo que vení­a realizando el doctor Gómez y su equipo de trabajo para lograr una efectiva depuración de las fuerzas del orden. Descanse en paz el doctor Vinicio Gómez y sus acompañantes.