Ignoro si la iniciativa partió del hoy rector de la Universidad del Valle de Guatemala. Lo acontecido ayer en materia educativa es un buen ejemplo que debe ser reconocido como tal. Me refiero al hecho de ofrecer la experiencia acumulada por nueve personas que a lo largo de los últimos gobiernos, desde el de Ramiro de León Carpio a la fecha, han ocupado el importante cargo de Ministro de Educación. Y es que con matices diferentes ese cúmulo de experiencia que les fuera reservada por haber tenido a su cargo una cartera tan estratégica para el desarrollo del país, es de por sí un avance significativo en la promoción (y deseable) instauración de políticas públicas en materia educativa.
wdelcid@yahoo.com
Pareciera que se está alcanzando un nivel de madurez en materia de gestión pública. La ministra designada que habrá de tomar la conducción de dicho ministerio, Cynthia del íguila, tendrá ante sí los mismos grandes desafíos que sus antecesores. Tendrá ante sí una ventaja operativa que le podría significar imponer su propia rúbrica a la solución de la problemática educativa. Se podría instituir una figura como un Consejo Consultivo de la Educación Nacional, integrada por las mismas personas que ayer se reunieron con ella y otras más. Ese primer paso otorgado ayer, para que con sus propias visiones (algunas encontradas) en el marco de lo emprendido y lo deseable por promover efectuado por los ahora exfuncionarios es un avance significativo. Los aportes deben brindarle a la futura funcionaria la oportunidad de visualizar adecuadamente las rutas que habrá de seguir para encarar el desafío de una cartera tan morosa en materia de avances sociales. Los aportes en cuanto a la relación política del desempeño funcional de un ámbito técnico como es la educación, le deben abrir los ojos a todos los futuros funcionarios para que no se olviden que (a ese nivel) todas sus decisiones tienen impacto político, en consecuencia lo que se hace o lo que se deja de hacer tiene una percepción política del desempeño de cada quien en su propio despacho ministerial.
Si el buen ejemplo brindado ayer se pudiera trasladar a por lo menos dos ámbitos más y con todo ese bagaje y sin caer en la defensa oficiosa de que lo efectuado por cada quien fue mejor que lo emprendido por otro, sino que se efectúa para ofrecer los acertados consejos que otorga el desempeño a cargo del Despacho del Ministerio, la gestión pública para el país, podría dar un salto cualitativo en verdad significativa. Estos gestos de buena voluntad deben ser capitalizados al máximo, en principio porque estoy asumiendo que llevan consigo una valedera preocupación, porque quien ha de desempeñarse en el futuro inmediato no padezca de la ansiedad de la búsqueda de las gavetas. Es decir, recordando con ello aquella metáfora en la cual se invierte valioso tiempo tratando de descifrar el contenido de las gavetas del escritorio del despacho ministerial y que cuando al fin se conoce el contenido de cada una de ellas, para hacer un uso apropiado de la información ahí contenida, el tiempo ha transcurrido y casi que hay que preparar maletas. Perdiendo con ello no solo la persona a cargo de tal, sino el país por el tiempo invertido en otras tareas.
Imagínese apreciable lector si la experiencia se pudiera trasladar y replicar en el ámbito de la promoción turística y con ello se genera una red de consejeros que a su vez le puedan brindar sus aportes al responsable de la infraestructura del país. Tendríamos entonces en un lapso relativamente breve, las condiciones para posicionar a Guatemala en un contexto de gestión turística superior al de los países vecinos, pues el conjunto de lugares, de nichos ecoturísticos, que nuestro territorio posee es único, lamentablemente la infraestructura turística es, paradójicamente la más endeble de la región. Y el otro ámbito en el que pudiera promoverse tan buen ejemplo como el ofrecido ayer, pudiera ser el aplicable a la gestión de la Cartera de Agricultura. Si la generación agrícola y la consolidación de mercados internos fueran algo más allá del discurso, entonces los niveles de exclusión de la gran mayoría campesina empezarían a descender, así como los índices de desnutrición. Se requeriría de mucha creatividad, pero más buena voluntad para promover los cambios que el país necesita. En fin, parece al menos que en materia educativa, las futuras autoridades tienen un antecedente único y una oportunidad que nunca antes se había brindado. Con ello también las excusas ante eventuales fracasos, también se reducen. Por el bienestar del país, que en efecto haya posibilidades de percibir el cambio que tanto se anunció.