Un Brasil huérfano de Neymar busca la final ante Alemania 


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Brasil enfrentará mañana su misión más difícil en lo que va del Mundial de 2014: lograr el pase a la final ante la poderosa selección de Alemania sin la presencia de su máxima estrella, Neymar.

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Por Diana Renée
Belo Horizonte, Brasil / dpa

La exclusión del delantero del Barcelona del Mundial por la fractura en la tercera vértebra lumbar que sufrió en el partido de cuartos con Colombia supuso un duro golpe para el equipo de Luiz Felipe Scolari.

«Fue una gran pérdida, no sólo por el jugador, sino también por la persona que es, pero tenemos que superar esto y mantener la tranquilidad, no entrar en pánico», expresó el delantero Bernard.

Superar el sentimiento de «orfandad» generado por la baja de Neymar es uno de los principales desafíos del seleccionador Luiz Felipe Scolari, quien enfrenta además la tarea de ajustar el equipo para actuar sin su jugador de referencia y buscar una estrategia para frenar el poderío ofensivo de Alemania.

«Hemos perdido algo que no queríamos perder. Hemos perdido a uno de los mejores jugadores, pero seguimos con posibilidades de ser campeones», aseveró Scolari, quien también tendrá que prescindir mañana del capitán del equipo, el zaguero Thiago Silva, suspendido por acumulación de amarillas.

El técnico no confirmó de inmediato la formación titular que adoptará para repetir en Belo Horizonte el éxito logrado hace 12 años en Yokohama cuando, también bajo su comando, se impuso por 2-0 sobre Alemania en la final del Mundial de Corea/Japón 2002 y se alzó con el «pentacampeonato».

Pese al misterio, varios indicios apuntan a que Willian, el versátil mediocampista del Chelsea, ha sido el elegido para ocupar el lugar del astro.

«No quiero compararme a Neymar. Tengo un estilo parecido en algunas cosas, como la velocidad y el regateo, pero Neymar es un delantero y yo soy más bien un mediocampista armador. Neymar marca más goles, y yo soy mejor en dar asistencias», afirmó.

La ausencia de la principal estrella de los anfitriones no llegó a generar entusiasmo en las filas de Alemania, cuyo entrenador, Joachim Löw, advirtió que «Brasil sin Neymar es mucho más difícil que con Neymar».

Idéntico temor expresó el mediocampista Bastian Schweinsteiger, quien opinó que la baja de Neymar puede darles a los brasileños «energía adicional» y «hará que los brasileños se unan más y que quieran ganar el título por él».

El historial de los duelos entre Brasil y Alemania es claramente favorable a los sudamericanos, que ganaron 12 de los 21 encuentros jugados con los germanos -en su mayoría amistosos- y sólo sufrieron cuatro derrotas.

Sin embargo, el último encuentro amistoso entre los dos equipos, jugado en Stuttgart en agosto de 2011, terminó con la victoria por 3-2 de los alemanes, que jugaron con un equipo muy parecido al que busca el título en Brasil 2014.

Por esta razón, los jugadores brasileños no se hacen ilusiones y advierten que los triunfos del pasado no reflejan el poderío de la Alemania de hoy.

«Es un equipo muy fuerte y compacto. Su mejor arma es la capacidad de hacer frente a cualquier situación durante un partido, incluso cuando están bajo presión», dijo a dpa el zaguero Dante, del Bayern de Múnich, el probable substituto de Thiago Silva en la defensa.

El técnico Löw mostró su flexibilidad y agudeza táctica en cuartos de final ante Francia, cuando remodeló su equipo devolviendo a Philipp Lahm del mediocampo a la defensa e introduciendo a Miroslav Klose como delantero centro.

Alemania recuperó así una configuración más cercana a lo mostrado en Sudáfrica 2010 y el plan funcionó. Sin embargo, nada garantiza que Löw vuelva a repetir alineación y sistema ante un Brasil con hombres muy potentes en ataque, por lo que el pequeño Lahm podría volver a la medular y dejar su puesto a Jerome Boateng.

Juegue quien juegue, el equipo es garantía de competitividad. En los últimos cuatro Mundiales, Alemania llegó al menos a semifinales. Además, desde que el técnico accedió al cargo en 2006, sus hombres jugaron también la final de la Eurocopa 2008 y las semis de 2012.

Falta, eso sí, el gran título que consagre a la actual generación de futbolistas alemanes, que en Rusia 2018 estarán ya en muchos casos por encima de la treintena.