Un año nuevo que podemos cambiar


Cuando estamos a punto de dar vuelta a la hoja del calendario que nos indica que 2010 ha concluido y nos encontramos ante la incertidumbre de un nuevo año que amenaza con traernos la secuela de violencia del año que termina, el riesgo de continuar en una crisis económica que nos sacudió hasta los cimientos y un desfile de propuestas electorales vací­as y sin sentido, a primera impresión no hay mucho que celebrar, sin embargo, es momento para pensar en aquellas cosas que pueden hacer que realmente 2011 marque una diferencia en nuestras vidas.

Juan Antonio Mazariegos G.

Exija. Usted tiene derechos, nadie es dueño de aquello que no puede defender, en consecuencia, luche por que sus derechos sean respetados, luche por los derechos de aquellos que están indefensos y no pueden hacerlo por si mismos. Cumpla. Usted tiene obligaciones, cumpla las mismas por pequeñas que las considere, no le puedo garantizar si quiera que su vecino lo haga, pero usted cumpla, cumpla con pagar sus impuestos, cumpla el año que viene con votar, aunque sea por el menos malo, cumpla con hacer la cola que le corresponda, no se salte las trancas, si todos hacemos del cumplir una costumbre algo bueno puede pasar. Trabaje. Haga su mejor esfuerzo en cualquier labor que desempeñe, hágalo por su familia, por usted, pero también hágalo por Guatemala, estamos en una permanente competencia con otros paí­ses, la riqueza no es ilimitada, esta para aquellos que más se esfuerzan y en nuestro caso dependemos los unos de los otros, solo en conjunto podemos dar una mejor impresión y brindar una mejor imagen para la inversión extranjera. Enseñe. Tome un tiempo de su apretada agenda y enseñe a otra persona algo que usted sepa hacer, ese legado de enseñanza contiene una semilla que puede diseminarse por todo el paí­s, lleva germen de generosidad y abono de confianza, usted no tiene por que guardar todas la mejores prácticas para sí­ mismo, si las trasmite, seguramente regresarán a usted en forma de una enseñanza que alguien más le dará. Aprenda. Nadie es dueño de todo el conocimiento y nadie posee toda la experiencia, siempre habrá algo que aprender, algo que hará que usted sea una mejor persona, si al final resulta que considera que no aprendió nada, quizás se sorprenda de que invirtió su tiempo en intentar ser mejor y en ese camino encontró una mejor inversión que no haber intentado nada por usted. Tenga fe. Siempre queda la opción de ver el vaso medio vació, no lo haga, dé una oportunidad a su vecino, a su competidor, a la persona más distante de su vida, a su familia, todos se merecen esa oportunidad, si no nos tenemos fe los unos en los otros, estaremos permanentemente a la defensiva y poco dispuestos a confiar y darnos cuenta que cambiar de hábitos puede ser provechoso para todos. Si usted no hace nada diferente el próximo año, no se lamente que no hay nada diferente para usted, no será cuestión de suerte, es cuestión de que todos cosechamos aquello que sembramos. Feliz Año 2011.