Prácticamente estamos terminando un año más de vida en Guatemala y en el mundo entero; el dios Cronos indica que desde estas fechas habrá que hablar en tiempo pasado respecto de algunos actos y conductas que hemos desarrollado durante el todavía hoy presente 2007.
De la misma forma, el día de hoy hago una retrospección de la labor periodística que durante el año he desarrollado, y me permito decirle a los y las amables lectores/as que ha sido un honor poder dirigirme a ustedes por medio de este espacio, que me proporciona la enorme satisfacción de poder decir, hablar en forma escrita, sugerir, prevenir, solicitar y hasta exigir, algunos de los derechos que como ciudadanos guatemaltecos nos son inalienables.
El ejercicio del periodismo me ha brindado la satisfacción de llegar a la mente y razón de muchas personas integrantes de diferentes estratos socioculturales y económicos; ello ha permitido que conozca diferentes temas, necesidades y posibilidades de resolución de problemas para, en su caso, sugerir las acciones gubernamentales y darle a la población una vida mejor, creando obras de infraestructura o bien con la utilización de los medios necesarios para satisfacer las necesidades sociales.
El afán de escribir y exponer algunas veces lo que otras personas no tienen la oportunidad de hacer, representa un compromiso social de gran envergadura, porque se convierte el periodista en vocero del pueblo y de esa forma se gana en algunos casos, el reconocimiento social de la población o bien la reprimenda gubernamental por medios ilegales y coercitivos que van desde las acusaciones delictivas infundadas hasta el desprestigio unipersonal o familiar, en algunos casos llega al extremo de hacerse acreedor a la misma muerte.
En esta época de reflexión cristiana me permito ofrecerles a los lectores, seguir en la línea de exposición de actos y hechos que puedan resultar beneficiosos para la población y en especial para quienes ni siquiera tienen la posibilidad de hablar el «idioma oficial» de la República de Guatemala. Lo anterior me motiva a intentar una plegaria a DIOS, en la cual agradezco, pido y ofrezco lo siguiente:
Agradezco al Señor la vida que nos ha proporcionado hasta este instante en que escribo el presente artículo; Pido a Dios porque los nuevos gobernantes ejerzan su actividad política dirigida a los grupos sociales marginados históricamente y se les proporcione la oportunidad de vivir con el mínimo de dignidad como personas; porque cumplan con los ofrecimientos hechos a la población que confió en ellos por medio del voto; y pido a Dios por el cese de la violencia que en todas sus manifestaciones lastima a la población por la impunidad de quienes se arrogan la autoridad de disponer de la vida de los demás; y ofrezco dar de mi lo mejor en esta relación con Dios y con las personas que amo, para disfrutar de una vida proyectada hacia los valores que sostienen a esta sociedad. AMEN. Feliz Navidad al pueblo guatemalteco.