Un año de avances y sonados retrocesos en la lucha por los derechos de los homosexuales


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En abril de 2013, Uruguay pasó a tener una de las legislaciones más avanzadas e inclusivas del mundo en materia de derechos de los homosexuales al aprobar la ley de matrimonio igualitario. Sin embargo, la lucha de las personas del mismo sexo avanza de manera muy desigual en otros países, donde oscila entre la tolerancia, la represión y la condena.

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Por CARLOS CASTILLOS Montevideo /Agencia DPA

El país sudamericano está hoy a la vanguardia entre el concierto de naciones que otorgan a sus ciudadanos los mismos derechos y deberes, sin distinciones, «aunque queda mucho camino por recorrer», dijo a dpa Omar Salsamendi, el presidente de la Asociación de Familias LGBT y Homoparentales de Uruguay.

En el otro extremo se encuentra Uganda, el país africano que aprobó recientemente la cadena perpetua para homosexuales. Una condena que, no obstante, significa una rebaja ante una ley anterior que disponía la pena de muerte

Muchos países africanos consideran ilegal la homosexualidad, y las autoridades, como en los casos de Uganda o Zimbabue, han hecho duras y condenatorias declaraciones contra estos colectivos.

En el medio de esas posiciones extremas se encuentra el papa Francisco, quien sorprendió este año al mundo al declarar que «en Buenos Aires recibía cartas de gays y lesbianas que son verdaderos «heridos sociales», porque sienten que la Iglesia «siempre les ha condenado». «Pero la Iglesia no quiere hacer eso», dijo el Papa.

Durante el vuelo de regreso de Río de Janeiro, donde estuvo a mediados en julio, el papa Francisco dijo también: «Si una persona homosexual tiene buena voluntad y busca a Dios, no soy quién para juzgarla».

Estas posturas, sin embargo, no garantizan nada. En Australia, el Tribunal Superior anuló una ley, por considerarla inconstitucional, que permitía los matrimonios entre personas del mismo sexo en el territorio de la capital del país, que incluye Canberra.

En Rusia, el presidente, Vladimir Putin, aprobó en junio una norma que prohíbe lo que considera «propaganda homosexual» y convierte en delito toda afirmación positiva ante menores de edad sobre la vida en común de personas del mismo sexo.

La medida generó una inmediata reacción y un posible boicot a los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi, que arrancarán el 7 de febrero.

Así, Estados Unidos decidió incluir a conocidos atletas homosexuales en su delegación y el presidente, Barack Obama, apuntó: «Son estadounidenses excepcionales, atletas excepcionales. La delegación habla por sí misma».

En Francia, tras la aprobación en mayo de la ley «matrimonio para todos», estallaron las protestas de movimientos políticos y religiosos que rechazan la apertura del matrimonio a las parejas de gays y lesbianas o la adopción de niños.

Un millón de personas se congregó el 26 de mayo en París y, aunque no todos se declararon homofóbicos, se escucharon comentarios a favor de «defender las cosas normales y no normalizar las que están fuera del circuito y son un poco contra natura».

En líneas generales, las organizaciones de homosexuales en el mundo reclaman igualdad de derechos, que pasan también por políticas de educación en diversidad, modificar los códigos penales y bajar los altos índices de violencia intrafamiliar por orientación sexual.

«Uruguay, en base a las leyes vigentes y a su política de derechos, debería facilitar el derecho a asilo a toda persona que sea perseguida por su orientación sexual e identidad de género en sus países de origen», dijo Salsamendi.

En este terreno, Europa avanzó en bloque. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) dictaminó que los homosexuales extracomunitarios tienen derecho al estatuto de refugiado en la UE si son perseguidos en su país de origen.