Un admirable crecimiento


La economí­a alemana mantuvo alta la cabeza ante la crisis financiera y la fuerza del euro en el primer trimestre de 2008, mostrando un crecimiento del 1,5%, el más alto desde hace 12 años, según cifras provisionales anunciadas hoy.


Según la Oficina Federal de Estadí­sticas de Wiesbaden (DESTATIS), el aumento del Producto Interior Bruto (PIB) se ha debido a la demanda interior, a las inversiones industriales y a la construcción y, «en menor medida» al consumo.

Sólo en la primavera (boreal) de 1996 se dio un crecimiento trimestral tan alto como el de los primeros tres meses de 2008.

«La reactivación económica del año pasado continúa», señaló la DESTATIS, como si sólo fuesen malos sueños el petróleo por las nubes, el euro fuerte y la crisis de los préstamos hipotecarios de riesgo que ha puesto a Estados Unidos al borde de la recesión y frena el crecimiento mundial.

La mayorí­a de los economistas alemanes apoyaron hoy el optimismo oficial, si bien habí­an señalado un crecimiento menos elevado.

«Â¿Alemania está en una fase de nuevo milagro económico? A primera vista, así­ lo parece», subrayó Holger Schmieding, jefe economista para Europa del Bank of America.

En el cuarto trimestre de 2007, el PIB sólo aumentó un 0,3%, recordó DESTATIS.

«Este asombroso comienzo de año está unido (…) a un fuerte aumento de las inversiones en la construcción por las buenas temperaturas del invierno (boreal)», explicó Jorg Luschow, analista de WestLB.

Para Luschow, los alemanes también aumentaron sus gastos, pero de forma moderada. Y, además, la elevada inflación «se comió» buena parte de los aumentos de los ingresos.

Asimismo, el comercio exterior deberí­a haber frenado el dinamismo del crecimiento, con unas importaciones más importantes que las exportaciones, según ese analista.

Sin embargo, muchos expertos señalan que Alemania no podrá seguir manteniendo el mismo ritmo en los próximos meses y algunos creen que el segundo trimestre será doloroso, sobre todo porque puede ser que el sector de la construcción no mantenga su buen ritmo invernal.

Además, varios indicadores señalan una ralentización de la actividad industrial. La inflación está abocada a seguir siendo fuerte y seguirá minando el poder adquisitivo de los ciudadanos, impidiendo un despegue real del consumo. En cuanto a las exportaciones, se sofocarán bajo el peso de la desaceleración del crecimiento mundial.

Todo esto es algo esperado en Alemania desde hace tiempo. Pero el resultado del primer trimestre ha cambiado la situación. Así­, numerosos economistas consideran que es posible un crecimiento del 2%, o incluso superior, en 2008. La Commerzbank, por ejemplo, revisó hoy su estimación del 1,8% al 2,4%.

El gobierno podrí­a hacer lo mismo: actualmente sitúa el crecimiento en 1,7%, después del 2,5% de 2007. Varios grandes organismos internacionales se mostraron escépticos, entre ellos el Fondo Monetario Internacional (FMI), que disminuyó su previsión al 1,4% hace varias semanas.