Un abismo económico, social y político separa a Guatemala de Bolivia


Guate_Bolivia_mapas

Guatemala y Bolivia son países con historias y características similares, pero cuando se trata de estadísticas macroeconómicas y sociales, y aspectos políticos, las diferencias son abismales y abrumadoras.

POR PAOLINA ALBANI
palbani@lahora.com.gt

El país andino goza de solvencia financiera gracias a un importante superávit, que se refleja en un cambio social, mientras que la nación centroamericana padece un importante déficit que compromete su futuro.

Guatemala y Bolivia, dos países con un gran parecido histórico y cultural por la predominancia de los rasgos indígenas en su población, son totalmente diferentes en aspectos financieros y sociales.

Guatemala cerró el 2013 con un déficit fiscal de 2.2 por ciento, que habría ascendido al -3.2 por ciento de haberse adquirido los préstamos y bonos que el Ejecutivo demandaba.

Por otro lado, con cifras totalmente contrastantes, Bolivia cerró el 2013 con un superávit fiscal del 4.2 por ciento, rompiendo una vez más el récord de recaudación del gobierno del presidente Evo Morales.

Es por eso que no sorprende que Bolivia celebre un crecimiento de 6.5 %, doblando el 3.2 % de crecimiento reportado por Guatemala.
 
El desarrollo del país sudamericano también se ve reflejado en el Índice de Inclusión Social del año pasado; de 16 países evaluados, Bolivia ocupa el décimo puesto con una puntuación de 47.6.

Guatemala, por otro lado, obtuvo la más baja calificación de todos los países con 14.8 puntos.

LA RECETA DEL DESARROLLO

Álvaro Pop, politólogo, dice que una de las características que ayudaría a Guatemala a mejorar las condiciones de vida de su población sería la “coherencia” entre el modelo económico, las prácticas empresariales y gubernamentales.

Además de implantar un modelo nuevo, expone Pop, Bolivia fue coherente al establecer este modelo en todas las líneas de acción del Estado, al punto de reñir con algunos sectores que estaban en desacuerdo porque vieron afectados sus privilegios.

Como segundo punto, Pop considera que es necesario que se conforme un equipo que dialogue y comulgue el planteamiento coherente. “Nuestro equipo de gobierno tiene un discurso, pero tiene acciones, a veces, hasta contradictorias en la ejecución de los planteamientos”.

Como tercer punto, Guatemala necesita tener propósitos de “nación” y no la prevalencia de intereses sectoriales; este gobierno se caracteriza por su vinculación a los intereses del sector empresarial, olvidándose de la satisfacción colectiva, opina el experto.

“Tanto el Presidente como el sector privado se sienten muy orgullosos de que su Comisionado de Competitividad y Ministro de Economía hayan conseguido un crecimiento económico, dicen ellos, de 3 por ciento y, sin embargo, no se pudo aprobar la Ley de Desarrollo Rural, entonces allí hay una contradicción”, dice el politólogo.

FUERZA SOCIAL

Jorge Santos, director del Centro Internacional de Investigación en Derechos Humanos (CIIDH), considera necesario hacer una reforma al sistema político partidario del país, y para eso se necesita una fuerza social política.

Es fundamental alcanzar la madurez política  necesaria para llevar a la Presidencia a quien cumpla con la representación social. “Ese transitar no va a ser fácil, no va a ser de corto tiempo, pero creo que hay poblaciones, que hoy por hoy, empiezan a entender esa necesidad de articulación social y la búsqueda de instrumentos políticos que permitan repensar el poder en el país”, dice Santos.

Un beneficio de esto sería la modificación de las políticas de asistencia social para avanzar en el camino de la erradicación de la pobreza, que promuevan el acceso a la vivienda, salud y educación, además de impulsar el desarrollo rural y la recomposición del agro guatemalteco y otras áreas que generalmente excluyen a la gran mayoría de la población.

RETROCESOS
A pesar de que los procesos históricos de ambas naciones han sido similares, en Guatemala la marginación persiste y aún se padecen las secuelas del cruento conflicto armado interno.

Según Santos, “los modelos –de inequidad– empiezan a variar en Bolivia, mientras que aún Guatemala tenemos un gobierno que tiende a profundizar el esquema de un Estado que se organiza para garantizar los intereses de unos pocos en detrimento de las mayorías”.

Igualmente, en los mecanismos de redistribución del ingreso –el salario y el presupuesto público– se vislumbra la poca inversión para el desarrollo humano, pues tiene la menor tasa de asignación presupuestaria para temas relacionados a educación,  salud, vivienda, en desarrollo rural, en seguridad y justicia.

“Esa ausencia de un mecanismo de redistribución de la riqueza que vaya dirigido hacia política pública  social es probablemente  el otro gran contraste que está marcando a ambos países”, dice el directivo del CIIDH.

En Bolivia se han ido profundizando en la atención a las necesidades de la población y además se han realizado esfuerzos por modificar las estructuras que causan las inequidades y las exclusiones, panorama que no se asemeja al de Guatemala.

“Hay importantes retrocesos en los temas de salud, en cuanto a gratuidad de la educación. Efectivamente el gobierno guatemalteco, siguiendo la línea política que ha definido, pues le interesa más el privilegio al capital privado que, efectivamente, la garantía al bienestar común”, expresó Santos.

SIMILITUDES Y DIFERENCIAS

En ambos países existe desacuerdo y tensión contra las organizaciones indígenas, además hay posturas que cuestionan la cooperación internacional. Por un lado, Bolivia mantiene firme su postura al no aceptar cierta clase de ayuda extranjera, mientras que Guatemala no establece un criterio fijo, lo que Pop define como una de las grandes debilidades del país.

Por aparte, el punto de quiebre en Guatemala,  Pop se lo atribuye a los partidos políticos, que se han convertido en una plataforma mediática que buscan absorber votos con promesas, lo que ha pervertido el ejercicio democrático y la participación ciudadana, a diferencia de Bolivia, que cuenta con una ley que promueve la práctica participativa.

Guatemala cuenta entonces con una ejecución clientelar que da prioridad a los intereses de sus financistas y no al pueblo.

En el tema de la explotación de los recursos naturales, Guatemala no ha aumentado el porcentaje de las regalías y los beneficios para el pueblo, mientras que el país del sur encontró el crecimiento económico mediante la explotación de los recursos naturales, es decir, la venta de gas y petróleo, pero también direccionó esos beneficios a la población.

Lo que diferencia a Bolivia de Guatemala en este negocio es que los bolivianos exigieron aumentar sustantivamente las regalías. Este aumento permitió un incremento en los recursos económicos.

PRESIDENTES OPUESTOS

Igualmente, en este contraste es importante notar los orígenes tan diferentes de ambos presidentes y los niveles de transparencia que sus gobiernos mantienen.

Para Santos una de las diferencias más fuertes entre estos países es la proveniencia de sus presidentes.

Evo Morales proviene de organizaciones de base popular, de la construcción ciudadana, que conoce la realidad de manera profunda; es un indígena, como la mayoría de su país, y entiende los problemas de la población

En términos de transparencia, Evo Morales publicó a finales del 2013 su declaración patrimonial, la cual ascendía a 412 mil 861 dólares, y que verdaderamente resultó ser de 28 mil dólares luego de restarle algunas deudas.

En sus declaraciones, Morales señala que es propietario de tierras agrícolas en la región de Cochabamba, zona productora de hojas de coca, además de un rebaño de llamas, vehículos y una propiedad en esa ciudad.

Por otro lado, Otto Pérez Molina es un conservador y militar con poca similitud hacia la mayoría de la población, aunque es popular por su discurso de “derecha popular” enfocado en seguridad.

En febrero de 2012 –un mes después d asumir la Presidencia– Pérez Molina informó que su estado patrimonial superaba los Q9 millones.

En este sentido, Pop opina que sin importar el origen o las condiciones de cada Presidente, a todos les es necesario reconocer que se necesita de asesoría especializada, “escuchar a los que saben”, como punto fundamental para lograr que los gobiernos sean efectivos durante sus gestiones.

Queda claro que Guatemala tiene las capacidades para aplicar la receta del desarrollo, tal como Bolivia lo hizo desde hace 8 años, pero esto no podrá lograrse sin autoridades que tomen en serio la representatividad, la visión de nación y la coherencia, puntos importantes para la determinación de políticas y asignaciones presupuestarias, elementos que a su vez definen los avances en desarrollo.

EN CIFRAS

POBLACIÓN

Bolivia
10.5
Millones de habitantes

Guatemala
15
Millones de habitantes

RECAUDACIÓN 2013

Bolivia
+4.5 %

Guatemala
-2.2 %

CRECIMIENTO-PIB 2013

Bolivia
6.5 %

Guatemala
3.2 %

INVERSIÓN BOLIVIANA

A decir de Fernando Molina, periodista, desde la llegada al poder de Evo Morales, presidente Boliviano, “la inversión pública en infraestructura es la más alta de la historia nacional, ayudando a las inversiones privadas –en busca de tasas más altas de retorno de las que pueden ofrecer las finanzas de un mundo en recesión– a desarrollar el sector de la construcción a un ritmo de alrededor del 10% anual, lo que explica los altos niveles de empleo que hoy tiene el país”.  

La redistribución de la riqueza se produce mediante el aumento de la inversión y el gasto público, la entrega de rentas en efectivo, las subvenciones a los combustibles, la electricidad, el agua potable y el seguro contra riesgos agrícolas, etcétera. En conjunto, desde 2006 el Estado ha destinado alrededor de 8 mil millones de dólares para proteger y ayudar a sectores vulnerables, explica el periodista, quien agrega que aún queda por realizar reformas sustanciales en el sistema educativo, de salud, judicial y de seguridad, que por eso constituyen otros tantos puntos débiles de esta edificación.

Todo esto inició gracias a que el Movimiento al Socialismo (MAS) obtuvo suficiente poder para establecer un nuevo orden político, el cual se basa en una nueva Constitución y otras leyes que reformaron el funcionamiento del aparato judicial y del poder electoral. Esta decisión derivó en la creación de nuevas instituciones y nuevos métodos para relacionar a la sociedad, la economía y el Estado; “todo lo cual ejerce una poderosa influencia sobre la mentalidad colectiva”, indica.

NORMATIVA

Ley de Participación Popular de Bolivia.

La ley reconoce, promueve y consolida el proceso de participación popular articulando a las comunidades indígenas, campesinos y urbanos en la vida jurídica, política y económica del país.

Procura mejorar la calidad de vida de la mujer y el hombre boliviano, con una más justa distribución y mejor administración de los recursos públicos. Fortalece los instrumentos políticos y económicos para perfeccionar la democracia representativa, facilitando la participación ciudadana y garantizando la igualdad de oportunidades en los niveles de representación a mujeres y hombres.