El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y su homólogo ucraniano, Viktor Yuchenko, se reúnen este martes en París en una cumbre que permitirá a Ucrania un acercamiento con la Unión Europea, sin que ésta se muestre por el momento dispuesta a acelerar el proceso de integración.
Según la presidencia francesa, el texto que sería adoptado al término de la cumbre se pronuncia por un «acuerdo de asociación» entre la UE y Kiev, pero «no juzga por adelantado el desarrollo futuro de las relaciones entre la UE y Ucrania».
Esta fórmula, que deja amplios márgenes de interpretación en cuanto al futuro europeo de Ucrania, sería el resultado de los esfuerzos desplegados por París, que ejerce la presidencia europea, para superar las divisiones en el seno de la UE sobre la adhesión de Kiev a la UE.
Polonia, los países bálticos, Gran Bretaña, Suecia y República Checa son proclives a la integración ucraniana en el bloque europeo.
Alemania, Holanda, Bélgica y Luxemburgo, reticentes en cambio a ver a Ucrania dentro de la UE, piden prudencia ante una reacción rusa y frente a la crisis política entre el presidente Yuchenko y la primera ministra Yulia Yimochenko, además de exigir la condición de que Kiev emprenda profundas reformas .
Estados Unidos es firme partidario de los esfuerzos ucranianos por acercarse a Occidente, tal como reiteró recientemente durante una visita a Kiev, el vicepresidente norteamericano Dick Cheney.
El lunes, el embajador de Ucrania en Moscú, Konstantyn Grychenko, había alegado que su país no tenía otra posibilidad que formar un día parte de la Unión Europea.
«Somos un país europeo, nuestro lugar está en Europa», dijo el diplomático.
El texto definitivo luego de la cumbre debería incluir la idea expresada por el embajador, definiendo a Ucrania como un «país europeo que comparte con la Unión una historia y valores comunes», pero sin más.
Desde el triunfo de la pro-occidental «revolución naranja» en 2004, el gobierno ucraniano se activa en un acercamiento hacia la Unión Europea y la OTAN.
Para los líderes ucranianos esta voluntad se hizo más urgente por el temor de que Rusia de libre curso a sus ambiciones sobre la península de Crimea, de mayoría rusoparlante, en la línea de su acción en Georgia y en las regiones separatistas de Abjasia y Osetia del Sur.
La cumbre UE-Ucrania, que debía tener lugar en Evian, en la orilla francesa del Lago Leman (este) se inició finalmente poco después de las 13H30 (11H30 GMT) en el palacio presidencial del Elíseo.
París aludió para este cambio razones prácticas, después de las prolongadas discusiones del lunes en Moscú y Tiflis entre el presidente Nicolas Sarkozy y los presidentes ruso Dimitri Medvedev y georgiano Mijail Saakashvili.
Medvedev señaló en esta ocasión que habría una retirada de las fuerzas rusas de Georgia de aquí a un mes, con excepción de los territorios separatistas de Abjasia y Osetia del Sur.
Este martes, Nicolas Sarkozy, el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, y el jefe de la diplomacia europea, Javier Solana, recibieron en el Elíseo al presidente ucraniano para participar en un almuerzo de trabajo, antes de iniciar una sesión plenaria de unas dos horas.