UE intenta de nuevo


Reunión. José Manuel Barroso, presidente de la Comisión Europea, con Aní­bal Antonio Cavaco Silva (I), presidente portugués, quienes recibirán a los cancilleres de la Unión Europea.

Los cancilleres de la Unión Europea abren mañana, en Viana do Castelo (norte de Portugal), una reunión informal de dos dí­as en la que analizarán los avances en la redacción del nuevo tratado que debe reemplazar a la fallida Constitución Europea.


Si la Presidencia portuguesa de la UE espera tener concluido el texto para mediados de octubre, las miradas siguen centradas en la actitud de Polonia, a la espera de que se muestre cooperativa pese al anuncio de elecciones anticipadas para esa fecha.

Las discusiones entre los 27 en Viana do Castelo (junto al Océano Atlántico, cerca de la frontera con España), serán ante todo «un punto de información» sobre las dificultades halladas por los expertos en la primera lectura profunda del proyecto de nuevo tratado acordado en la última cumbre de la UE de junio en Bruselas.

Entre esas dificultades figuran el valor jurí­dico y el lugar en el texto de la Carta de Derechos Fundamentales (54 artí­culos sobre los derechos polí­ticos y sociales de los europeos), para la cual los británicos ya pidieron una derogación, a la que podrí­a sumarse Polonia.

Hasta ahora, y según fuentes diplomáticas, las reuniones de expertos se han llevado a cabo sin grandes controversias.

«Las noticias que tenemos de las reuniones de expertos son positivas. Estamos caminando en la buena dirección. Estoy seguro que lo firmaremos y que todos haremos el proceso de ratificación para concluirlo cuanto antes», dijo en ese sentido el lunes el canciller español, Miguel Angel Moratinos.

Un optimismo similar emana del lado de la presidencia portuguesa, que por el momento «mantiene el calendario» que prevé un acuerdo definitivo en la cumbre de Lisboa del 18 y 19 de octubre próximos, subrayó su portavoz Mauel Carvalho.

Sin embargo, los portugueses no quieren aventurarse a mencionar una fecha para la firma del texto, punto de inflexión que abrirá al proceso de ratificación en los 27 paí­ses de la UE, un camino que puede estar sembrado de sorpresas y obstáculos, como ya se vio con la Constitución.

Es que el anuncio del gobierno polaco de elecciones anticipadas en una fecha cercana a la cumbre de Lisboa provoca cierta incertidumbre, en especial cuando se recuerdan las interminables negociaciones con Varsovia en la cumbre de junio para que levantase su veto y aceptase los principios del nuevo tratado que debe poner fin a la crisis institucional abierta por el rechazo a la Constitución de franceses y holandeses en 2005.

Además del nuevo tratado, los cancilleres se ocuparán también de la cuestión del futuro estatuto de Kosovo, bloqueado desde que Moscú, aliado de Serbia, rechazó la propuesta del Consejo de Seguridad de la ONU que preveí­a la independencia bajo supervisión internacional de la provincia serbia de mayorí­a albanesa.