Presionados por Francia, los 27 miembros de la Unión Europea discutirán el 15 de octubre próximo un endurecimiento de las sanciones del bloque contra Irán, aunque el debate se anuncia complicado porque algunos miembros, como Alemania e Italia, no ven con buenos ojos una acción de la UE fuera del marco de la ONU.
Mientras el Consejo de Seguridad de la ONU postergó hasta noviembre el examen de una nueva resolución para endurecer las sanciones internacionales contra Irán por su programa nuclear, el canciller francés Bernard Kouchner acaba de escribir a sus homólogos de la UE para invitarlos «comenzar a explorar la posibilidad de nuevas medidas europeas».
«Es primordial que la UE muestre su determinación y que dé nuevamente el ejemplo tomando la iniciativa de nuevas medidas firmes para aumentar la presión sobre Irán con el objetivo de que responda, finalmente, a las demandas del Consejo de Seguridad» de frenar el enriquecimiento de uranio, subraya Kouchner.
Portugal, que preside la UE hasta fines de diciembre, tiene previsto «otorgar un tiempo a Kouchner para presentar su iniciativa» durante la reunión de ministros europeos de Relaciones Exteriores el próximo 15 de octubre en Luxemburgo, según su portavoz, Manuel Carvalho.
«Esto crea la oportunidad de un debate. Veremos cuál es la reacción de los otros ministros», explicó el portavoz.
Portugal es prudente porque conoce las reservas de Alemania e Italia, dos países con importantes intereses comerciales en Irán.
Alemania tiene un papel clave, ya que junto con Francia y Gran Bretaña forma parte del grupo de tres países europeos que llevan adelante el caso iraní en el grupo de los «Seis», integrado también por Estados Unidos, Rusia y China.
Mientras Gran Bretaña, alentada por el endurecimiento de la posición francesa desde la llegada al poder de Nicolas Sarkozy, confirmó el jueves «apoyar sin reservas» la propuesta de Kouchner, Alemania no ha mostrado el mismo entusiasmo.
En efecto, la canciller conservadora Angela Merkel debe lidiar con una complicada coalición con los socialdemócratas, cuyo ministro de Relaciones Exteriores Frank-Walter Steinmeier siempre ha preconizado una acción concertada de los «Seis».
Pero Alemania, como quedó dicho, no está aislada. Italia, primer socio comercial europeo de Irán, y Austria también se oponen a la ofensiva francesa.
«Endurecer las sanciones antes de sentarse a la mesa de negociaciones» no sería la «mejor elección», estimó el martes el jefe de gobieno italiano, Romano Prodi.
Para los europeos multilateralistas, el problema es que la carta de Kouchner se anticipa a la ONU, que decidió esperar la presentación a mediados de noviembre de dos informes, uno de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) y otro del Alto Representante de la UE para la Política Exterior, Javier Solana.