El ministro alemán de Relaciones Exteriores, Frannk-Walter Steinmeier, y su homólogo español Miguel Angel Moratinos celebraron el lunes el retroceso del líder de extrema derecha Jean-Marie Le Pen en la primera vuelta de las presidenciales francesas, cuyo resultado definitivo espera con ansiedad la Unión Europea en su afán de relanzarse.
«Estoy bastante satisfecho de que los grupos más radicales, como Le Pen, hayan retrocedido claramente, lo que autoriza a pensar que no influirán la segunda vuelta», declaró Steinmeier, cuyo país ejerce la presidencia de la Unión Europea, al margen de una reunión con sus homólogos europeos en Luxemburgo.
El ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Angel Moratinos, también celebró la caída en el número de votos del candidato del Frente Nacional, hecho que calificó de «una buena noticia para todos los demócratas».
«Le Pen ha caído y ésa es una buena noticia para todos los demócratas», dijo Moratinos en referencia al desempeño del líder de extrema derecha, relegado a la cuarta posición con un 10,44% de los votos, lejos del 16,86% que había obtenido en la primera vuelta del 2002 y que le había posibilitado pasar a la segunda vuelta, donde había sido derrotado por el presidente Jacques Chirac.
Moratinos saludó por otra parte la «masiva participación» de los franceses en la primera vuelta de las presidenciales celebrada el domingo y la «voluntad de cambio» demostrada al elegir al conservador Nicolas Sarkozy (31,18% de los votos) y la socialista Ségolí¨ne Royal (25,87%) para disputar el balotaje.
«Hay que saludar la masiva participación de la sociedad francesa en las elecciones, lo que ha demostrado la importancia que tenían», indicó el responsable español, tras el alto porcentaje de votantes (cerca del 84%) registrado el domingo.
«Lo que esta claro es que Francia quiere el cambio y tendrá que decidir ahora por una vía u otra», señaló, sin querer pronunciarse públicamente por ninguno de los dos candidatos que se enfrentarán en la segunda vuelta el próximo 6 de mayo.
Detrás de Sarkozy Royal se ubicaron el candidato de centro Franí§ois Bayrou (18,57%), Le Pen y más lejos el representante de la extrema izquierda Olivier Besancenot (4,08%).
La elección del nuevo presidente de Francia es aguardada con impaciencia en Europa, teniendo en cuenta el papel primordial que tendrá para el posible relanzamiento de la UE, paralizada desde mediados de 2005 por el «no» de franceses y holandeses a la Constitución europea.
En ese sentido, el ministro portugués Luis Amado aseguró que «independientemente del vencedor de las elecciones», habrá de la parte del nuevo presidente francés «un fuerte empeño para solucionar la parálisis en la que se encuentra Europa».
«No tengo ninguna duda de que está disponible para encontrar una plataforma de solución para los problemas de Europa», afirmó Amado.
De su lado, los socialistas europeos afirmaron que los franceses «tomaron la buena decisión al colocar a la izquierda en la segunda vuelta», según el presidente del PSE (Partido Socialista Europeo), el danés Poul Nyrup Rasmussen.
Desde Bruselas, Rasmussen hizo un llamamiento «a todos los electores franceses que quieren el cambio en Francia y en Europa a pronunciarse masivamente por Ségolí¨ne Royal el 6 de mayo».