Los cancilleres europeos buscarán mañana y sábado en Aviñón (sur de Francia) reforzar su unidad frente a Rusia de cara a una reunión crucial el lunes próximo entre el presidente francés Nicolas Sarkozy y su homólogo ruso Dimitri Medvedev sobre la crisis en Georgia.
Cuatro días después de la cumbre extraordinaria de la Unión Europea de Bruselas, los ministros de Relaciones Exteriores de los 27 deberían insistir sobre la retirada de las tropas rusas a sus posiciones anteriores al 7 de agosto, conforme al plan de paz de seis puntos negociado por Sarkozy, presidente en ejercicio de la UE.
Preocupados por mantener el diálogo, los líderes europeos descartaron el lunes pasado cualquier sanción inmediata contra Moscú, limitándose a congelar las negociaciones sobre una asociación reforzada UE-Rusia.
Pero Rusia, poco afectada por esta medida, asegura que el mantenimiento de ciertas de sus tropas en la región separatista georgiana de Osetia del Sur se ajusta al punto 5 del plan de paz.
Esta posición demuestra la ambigí¼edad de un texto negociado a las apuradas entre los presidentes ruso y georgiano, Mijail Saakashvili, el 12 de agosto para obtener un alto el fuego y evitar una escalada, y augura difíciles negociaciones el lunes entre Medvedev et Sarkozy.
Para preparar el terreno, los cancilleres deberían discutir sobre las características de la misión europea que sería desplegada en las semanas próximas en Georgia para observar el respeto del alto el fuego.
Si el principio de una «presencia europea» en la región fue convalidado en la cumbre de Bruselas, su eficacia dependerá en gran parte de la cooperación de los rusos, tal como admiten diplomáticos de la UE.
El jefe de la diplomacia europea, Javier Solana, que viajará con Sarkozy, quiere que esta misión civil de «algunos cientos» de hombres se despliegue en «varias fases», primero en el territorio georgiano que no es objeto de disputas y luego en las zonas de seguridad al borde de las regiones separatistas de Abjasia y Osetia del Sur, actualmente patrulladas por los rusos.
Uno de los principales puntos de las negociaciones del lunes, durante las cuales Sarkozy anunciaría la celebración de una conferencia internacional sobre la estabilidad del Cáucaso, consistirá en ver en qué medida la misión civil europea podría acceder a las zonas en cuestión.
Durante su reunión informal en Aviñón, los cancilleres analizarán además «todos los aspectos» de las relaciones con Rusia tras el derrumbe de la Unión Soviética (política, energía, comercio, justicia, ciencia, cultura), según un diplomático.
Pero el objetivo prioritario será no afectar la unidad lograda en la cumbre de Bruselas frente a una Rusia que desde 2004 se opone a menudo a la «Vieja Europa», conciliadora de cara al Kremlin, y la «Nueva Europa» del Este, muy marcada por el yugo soviético.
Para reforzar esa unidad, el canciller francés Bernard Kouchner, que presidirá los debates, invitó a sus 26 homólogos a viajar a Aviñón juntos en un tren de alta velocidad desde París. Sólo el italiano Franco Frattini decidió llegar a Aviñón por sus propios medios, según una fuente diplomática.
Al margen de las discusiones sobre Rusia, los ministros abordarán otros temas, como las relaciones de la UE con Estados Unidos y sus prioridades de cara al cambio de gobierno en la Casa Blanca, tras las presidenciales de noviembre.