Ucranianos atrapados en fuego cruzado de potencias


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Mientras diplomáticos de Rusia y Estados Unidos se reúnen en capitales europeas para hablar sobre el futuro de Ucrania, en los encuentros hay una ausencia notable: la de representantes de los ucranianos.

Por MARIA DANILOVA KIEV / Agencia AP

Rusia se niega a lidiar con el nuevo gobierno ucraniano desde que una revuelta popular derribó a un presidente pro-ruso. Y si bien Occidente apoya a la nueva conducción, deja la impresión de que lleva la voz cantante en las conversaciones con el Kremlin.

Una y otra vez a lo largo de la historia, Ucrania se ha visto atrapada entre las grandes potencias. Los historiadores marcan paralelos entre la forma en que Roosevelt, Churchill y Stalin se dividieron Europa en la Conferencia de Yalta luego de la Segunda Guerra Mundial, colocando a los países de Europa oriental dentro de la esfera soviética. Ahora muchos ucranianos temen que la historia se repita al quedar afuera de las negociaciones, observando desde afuera mientras esperan el veredicto final.

El ucraniano común agradece los esfuerzos de Occidente por mediar en la crisis y sufren pensando en una posible guerra.

Pero las autoridades ucranianas insisten en que deben ser escuchadas.

En una conferencia de prensa la semana pasada, el Viceministro de Relaciones Exteriores ucraniano Danylo Lubkivski insistió en que no se deben tomar decisiones relacionadas con el futuro de Ucrania sin consultar con Kiev. «No es posible un diálogo real sin Ucrania», sostuvo Lubkivsky. Es por eso que el anuncio de esta semana de conversaciones de alto nivel entre Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y Ucrania, que tendrían lugar en los próximos diez días, fue tan bien recibido en Kiev.

Pese a la retórica encendida, Occidente ha, básicamente, aceptado la realidad de que Crimea es ahora controlada por Rusia. Los esfuerzos diplomáticos se concentran más bien en impedir una incursión militar rusa en el sur y el este de Ucrania, regiones de mayoría rusa que Moscú dice debe defender. Rusia tiene miles de soldados apostados en la frontera con Ucrania y se propone fijar condiciones: Quiere que Ucrania sea una federación que puede controlar y presiona para que el ruso sea una segunda lengua oficial, a la par del ucraniano.

Kiev se ha negado a aceptar las exigencias de Moscú y cualquier intento por impedir una integración con Occidente será firmemente resistido por el Maidan, el movimiento de protesta prooccidental. Más de cien personas murieron en enfrentamientos entre manifestantes y la policía.

Enfrentada con enormes presiones militares y económicas de Rusia, no hay mucho que pueda hacer Ucrania por sí sola, según expertos. Por lo que Kiev debe apoyarse en Occidente.

«Durante la Guerra Fría, estadounidenses y soviéticos negociaron el desenlace de la crisis y el destino de los países. Hace mucho tiempo que no había conversaciones de ese tipo, pero lo sucedido la semana pasada evoca esos tiempos», expresó George Freedman, de Stratfor, organización enfocada en temas de inteligencia.

«Estadounidenses y rusos negociaron por encima de todos para buscar una forma de diluir la crisis en Ucrania y, al mismo tiempo, delinear su futuro», señaló.

Steve Pifer, exembajador de Estados Unidos en Ucrania y quien ahora hace de analista de la Brookings Institution, no está de acuerdo. Dice que Estados Unidos, bajo el liderazgo del secretario de Estado John Kerry, quiere asegurarse de que Ucrania participa activamente en las negociaciones.

«Creo que el señor (Sergei) Lavrov (Ministro de relaciones exteriores ruso) quisiera que esto fuera una negociación entre rusos y estadounidenses sobre el futuro de Ucrania. Pero no creo que Kerry opine lo mismo», manifestó. Según Pifer, Kerry insistió ante los rusos en que Ucrania debe ser parte del proceso.

Volodymyr Fesenko, experto en ciencias políticas de Kiev, afirmó que la comunidad internacional debe hacer a un lado la mentalidad de que otros decidirán el futuro de Ucrania, aunque admitió que Occidente es vital para que las cosas salgan bien y que cualquier cosa es preferible a una guerra.

«No estamos en el siglo XIX. Ucrania debe decidir por sí sola cuáles van a ser sus políticas internas y externas», dijo Fesenko. Agregó, no obstante: «Dejen que Putin negocie con Occidente sobre Ucrania en lugar de ir a la guerra con Ucrania.

En Kiev todo el mundo habla de la posibilidad de una guerra.

«Estoy nerviosa por nuestra Ucrania, por el futuro de nuestros hijos. No quiero que esos temores se hagan realidad», declaró Oleksandr Osadchy, empresario de la construcción de 50 años, mientras ayudaba a su hija de 4 años a tirarse de un tobogán en una tarde reciente. «La guerra es un horror, sangre, polvo. Dios no permita».

Rusia ha librado una guerra sicológica exitosa en las últimas semanas.

Primero su parlamento autorizó el uso de la fuerza militar en Ucrania. Después el presidente ruso Vladimir Putin dijo que su país se reserva el derecho a usar «cualquier método a nuestra disposición» para proteger a los ruso-hablantes. Posteriormente el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso decía que consideraba pedidos de protección.

Hasta los niños han sido afectados por el temor. Un popular programa ruso llamado «Buenas noches chicos» mostró al perro Filya empacando cosas para ir a la guerra.

Tatyana Otroshchenko, antigua dueña de un pequeño negocio hoy jubilada, no tiene problema con que Occidente negocie con Rusia siempre y cuando defienda los intereses de Ucrania.

«Confío en Occidente, están haciendo lo indicado», expresó la mujer. «Es imposible para nuestro gobierno lidiar con Putin si Occidente no ayuda».

Diez hechos sobre la crisis de Ucrania

Por Ulf Mauder y Andreas Stein
Moscú / Agencia dpa

El fin del conflicto en una Ucrania que se encuentra al borde de la bancarrota no parece perfilarse en el horizonte. No obstante, por primera vez representantes de la Unión Europea, Estados Unidos, Rusia y Ucrania están de acuerdo a sentarse juntos en una mesa para sondear posibles salidas. Lo que no está tan claro es que vayan a lograr un entendimiento. Las siguientes preguntas y respuestas intentan desgranar el conflicto.

1. ¿Cómo es la situación en la parte rusoparlante de Ucrania?

En las ciudades de Lugansk, Járkov y Donestk las fuerzas prorrusas han ocupado algunos edificios estatales y han izado la bandera rusa. Estos grupos de tendencia violenta apenas han contado con un apoyo destacable. La cúpula prooccidental en Kiev considera que se trata de provocadores que paga y respalda el derrocado presidente Victor Yanukovich, que huyó a Rusia. Las iniciativas del grupo de proclamar «repúblicas populares» independientes o convocar referendos han caído en saco roto.

2. ¿Cuentan estos grupos con el apoyo de Rusia?

Rusia rechaza oficialmente la acusación de estar financiando esas fuerzas proviolentas. A diferencia de Crimea, no hay declaraciones en Moscú sobre que haya que protegerlas. No obstante, el Ministerio del Exterior moscovita advirtió del peligro de violencia después de que el gobierno ucraniano anunciase que iba a emplear mano dura contra los activistas.

3. ¿Podría Rusia actuar de la misma forma que hizo en la península?

Rusia dijo que Crimea era un caso especial. El presidente ruso, Vladimir Putin, alegó razones históricas para la anexión, como que desde hacía más de 230 años era la sede de la flota rusa en el Mar Negro. En el sur y en el este del país no hay mayorías que respalden una adhesión a Rusia. Las personas de la región se sienten más orientadas a Europa que a Moscú, según las encuestas. A ello se suma que los costes económicos para Rusia serían demasiado elevados, y no sólo por los efectos del endurecimiento de las sanciones de Estados Unidos y la UE.

4. ¿Entonces no habrá anexión?

Hay varios indicios que apuntan que no habrá anexión, señala en Moscú el politólogo Konstantin Satulin. En el caso de Crimea había muchas señales de que Rusia aspiraba a tomar el control de la península con, por ejemplo, visitas de destacadas figuras, concesiones de generosas ayudas del Kremlin y propaganda en los medios estatales. Asimismo, la presencia de los militares en la zona se daba ya con el estacionamiento de la flota del Mar Negro en la península.

5. No obstante, algunos hablan del riesgo de guerra. ¿Es grande ese peligro?

Rusia ve con preocupación el anuncio de la OTAN de que reforzará la presencia militar en el este. El ministerio de Asuntos Exteriores en Moscú considera que por parte rusa no existe peligro alguno. También Putin ha reiterado que no tiene planes de avanzar en el país vecino. No obstante, todas las partes advierten del peligro de una guerra civil si la situación entre la cúpula prooccidental y las fuerzas prorrusas se agrava.

6. Estados Unidos, Rusia, la UE y Ucrania están dispuestas a participar en unas negociaciones sobre una solución a la crisis ¿Qué quieren las partes?

Occidente quiere lograr la estabilidad con reformas democráticas y ayudas millonarias, así como con las elecciones presidenciales del 25 de mayo. Sobre todo Alemania intercedió para que Rusia ayude en la estabilización de la exrepública soviética, subdesarrollada y altamente endeudada. La UE y Estados Unidos saben que ellos no pueden sufragar en solitario un rescate de Ucrania.

7. ¿Y Rusia?

Rusia quiere una Ucrania política neutral, es decir, garantías de que el país no vaya a ser miembro de la OTAN. Moscú propone, además, que el país se convierta en una federación con amplias concesiones autonómicas en las regiones. Ucrania teme, sin embargo, que la nación quede desmembrada si en el futuro las regiones deciden de forma soberana. Los analistas estiman que Rusia hará todo lo que esté a su alcance, como aumentar los precios del gas o ejercer presión económica, para lograr su objetivo de un estado federado.

8. ¿Por qué Ucrania hace que se enfrentan Occidente y Rusia?

Este país situado estratégicamente y con 13 millones de personas se ha convertido en objeto de un juego de geopolítico de poder. Ucrania es, además, el principal país de tránsito de suministro de gas ruso hacia la UE.

Putin sueña con una unión aduanera postsoviética con Bielorrusia y Kazajstán, pero probablemente no podría prosperar sin Ucrania.

9. ¿Es sólo una cuestión económica?

Rusia se está viendo también amenazada por el avance de los valores occidentales. Es por ello que el Ministerio de Cultura en Moscú trabaja en un modelo a seguir con el lema: «Rusia no es Europa». Los medios estatales alertan, por ejemplo, de una «homosexualización» de la sociedad. Además, el Kremlin, en vista de los episodios revolucionarios en Ucrania actúa cada vez con mayor firmeza contra las organizaciones no gubernamentales y los opositores que abogan por la democratización.

10. ¿Cómo podría ser la solución del conflicto?

Rusia preferiría sentarse con Occidente en una misma mesa y negociar la división de Ucrania. Pero no es una opción realista. No obstante, Occidente ya ha reconocido que no puede haber una solución sin Rusia. Moscú podría exigir que Ucrania tenga un estatus de país no alineado y que reconozca a Crimea como parte de Rusia. Lo único claro por ahora es que el conflicto está lejos de darse por cerrado.