Ucrania: Ejército sufre graves bajas


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Las bajas sufridas por el ejército ucraniano hoy pusieron de manifiesto la magnitud del desafío que enfrenta el país ante una insurgencia con tácticas guerrilleras que ha demostrado ser ágil e implacable.

Por PETER LEONARD y A LEXANDER ZEMLIANICHENKO, SLAVIANSK, Agencia AP

Un ataque rebelde con cohetes derribó un helicóptero militar Mi-8 que transportaba soldados, entre ellos un general, en las afueras de Slaviansk y causó la muerte de al menos 12 personas.

El presidente interino Aleksánder Turchinov dijo al parlamento en Kiev que los rebeldes usaron un misil portátil de defensa aérea.

Slaviansk, una ciudad de 120.000 habitantes, se ha convertido en un foco de la insurgencia prorrusa y está rodeada desde hace semanas por el ejército ucraniano.

Si bien las fuerzas ucranianas parecen tener mejores pertrechos que sus oponentes, las autoridades se han abstenido de lanzar un ataque en regla por temor a provocar una guerra de guerrillas urbana.

«Es extremadamente difícil combatir a las guerrillas. Uno no puede destruirlas sin más. No son fuerzas regulares», dijo Igor Sutiaguin, investigador en el Royal United Services Institute con sede en Londres. «Es el problema clásico que tuvo Rusia en Chechenia y Estados Unidos en Vietnam».

Últimamente, los ucranianos han disparado obuses para tratar de retomar Slaviansk, lo que ha causado bajas civiles e impulsado a muchos residentes a huir. La táctica les ha dado escasos resultados aparte de profundizar la desconfianza en el gobierno y provocar miedo.

«Nos disparan con lanzagranadas, escuchamos explosiones. Las ventanas de nuestra casa están temblando», dijo la vecina Olga Mijailova, y añadió que se iba de la ciudad con sus cuatro hijos. «Es aterrador estar aquí, temo por sus vidas».

La cancillería rusa denunció el uso de aviones y artillería contra los rebeldes y exigió a Kiev que ponga fin «a una guerra fratricida e inicie un verdadero diálogo político con todas las fuerzas políticas y los representantes de las regiones».

La cancillería dijo que sería imposible restaurar la paz en Ucrania sin poner fin al avance militar contra los rebeldes y retirar las fuerzas del este del país. Pidió a las potencias occidentales que utilicen su influencia en Kiev para «impedir que Ucrania caiga en una catástrofe nacional».

El gobierno de Kiev condena la insurgencia como obra de «terroristas» empeñados en destruir el país y acusa a Moscú de fomentarla. El Kremlin lo niega, asegura que no tiene influencia sobre los rebeldes, los cuales aseguran que solo protegen los intereses de la población rusoparlante en el este.

Ucrania carece de experiencia para las operaciones militares en curso en el oeste.

Las fuerzas armadas, la policía, la flamante Guardia Nacional y varios batallones de voluntarios realizan ostensiblemente una «operación antiterrorista» conjunta, pero la falta de comunicación es evidente, como lo es la falta de preparación militar de las nuevas unidades.

«A medida que ganan experiencia, se vuelven más eficientes. Pero falta cooperación, organización y coordinación entre las unidades», dijo Mikola Sungurovski, analista de defensa en el Centro Razumkov de Kiev. «Hubo casos de ataques sin refuerzos o de 30 rebeldes muertos en un día, pero los camiones KAMAZ irrumpen en Ucrania a través de la frontera rusa».

Los rebeldes también han mostrado señales de falta de unidad.

El jueves por la tarde, decenas de combatientes del Batallón Vostok de los insurgentes rodearon la sede del gobierno separatista en Donetsk, furiosos por la denuncia del saqueo por sus aliados de un supermercado cerca del aeropuerto, que fue escenario de choques sangrientos el lunes. Varias decenas de milicianos del Vostok —que se cree está integrado por muchos combatientes rusos del Norte del Cáucaso— murieron en ese enfrentamiento.

Finalmente los milicianos se apoderaron de los bienes saqueados y arrasaron las barricadas que rodean el edificio desde abril, cuando se autoproclamó la llamada República Popular de Donetsk.